El Gobierno valenciano atenderá a pacientes de lista de espera en clínicas privadas
Sanidad invertirá 3.000 millones para que las operaciones sean 'gratis total'
El Gobierno valenciano ha encontrado la forma de eliminar las listas de espera quirúrgicas en su comunidad: los 33.464 pacientes afectados serán informados de que la sanidad privada se hará cargo de su operación "gratis total". Esta medida de choque costará 3.000 millones a la Generalitat, que ya ha hecho cálculos sin haber negociado el coste con las clínicas. El anuncio de este plan se prdujo ayer, dos días antes de que el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, comparezca en las Cortes valencianas para dar cuenta de las listas de espera.
"Gratis total". El Consejero de Sanidad, Joaquín Farnós recurrió de nuevo a una frase que él mismo ha acuñado, para explicar que a los pacientes que lleven más de 90 días en lista de espera (desde que el médico les indica que deben ser operados hasta que se produce la intervención) no les costará una peseta la operación. Será la Generalitat la que eche mano de los presupuestos para pagar a los centros privados, con los que se empezará a negociar después de hablar con los pacientes.Según Farnós, "esta medida excepcional costará 3.000 millones de pesetas", lo que supone el 1% del presupuesto sanitario (más de la tercera parte del presupuesto total de la Generalitat).
Ello no significa, en palabras del consejero, que el Gobierno valenciano no pretenda mejorar el rendimiento de los hospitales públicos: "Cuando llegamos al poder en julio, había 51.841 pacientes en lista de espera y los hemos reducido considerablemente trabajando más y mejor por las mañanas y abriendo los quirófanos por las tardes en ocho hospitales".
Fue precisamente este sistema, la mejora del rendimiento de la actividad hospitalaria mañanas y tardes, el que desarrolló en Galicia el actual ministro de Sanidad, José Manuel Romay, para reducir las listas de espera de esta autonomía. Las intervenciones se realizaron mayoritariamente en hospitales públicos y sólo una pequeña parte de las patologías fueron derivadas al sector privado cuando no se disponía de estructuras necesarias.
La reducción de las listas -que engrosan principalmente cataratas, hernias y juanetes- es una de las metas de los populares desde que asumieron el poder en laComunidad Valenciana. De ahí que la multiplicación de los conciertos con clínicas privadas haya sido una de las medidas más defendidas.
Mañana, tarde y noche
La novedad anunciada ayer es que transcurridos tres meses desde que se recibe la indicación de tratamiento, el paciente podrá solicitar que le operen en una clínica privada. "Los enfermos podrán ir a las direcciones territoriales sanitarias y se les indicará a qué centro deben dirigirse", señaló Farnós. Antes de adoptar la medida se había calculado que no pasarían menos de dos años antes de que se solucionara el problema.El consejero desconoce cuánto tiempo se ganará con esta iniciativa, pero afirma: "No nos importa si las clínicas privadas tienen que trabajar mañana, tarde y noche, lo que queremos es que los pacientes salgan de la lista más deprisa que los que entran". El problema, añaden, es que el sistema sanitario recibido de la etapa socialista es eminentemente público, por lo que el número de camas privadas es escaso. La selección de las clínicas se hará en función de las camas y de la infraestructura de que dispongan.
Farnós no aclaró si esta oferta a los ciudadanos se trata de una medida puntual o va a ser la forma de actuar sistemática de la sanidad valenciana para absorber la constante demanda quirúrgica. Si no se consiguen los objetivos, el consejero valenciano no descartó seguir invirtiendo dinero en clínicas; privadas para eliminar las listas que se produzcan.
La medida, que el gobierno valenciano anunció como "pionera en España" a imitación "del modelo sueco", tuvo sus antecedentes en el plan de choque desarrollado de forma piloto en Madrid en 1992 por el entonces ministro de Sanidad José Antonio Griñán. La Administración central invirtió 983 millones de pesetas en paquetes de conciertos con clínicas privadas de un total de 9.245 intervenciones en lista de espera con más de seis meses.
Para el sistema de concierto con el sector privado se puso precio a cada intervención, la mayoría de ellas correspondientes a patologías menores, que aunque afectan a la calidad de vida del paciente, no hacen peligrar su salud. Así, una operación de cataratas se valoró entonces en 100.000 pesetas por paciente y una de hernia abdominal en 110.000.
Tiempo después, los propios gestores de la Administración central rechazaron los supuestos beneficios de los planes de choque, al constatar, aseguraron, que las listas vuelven a acumularse si no se desarrolla un programa hospitalario de intervención quirúrgica continuado.
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