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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Palabras en el espacio

Haciendo Lorca: ya entró el gerundio, inglés (making) en este idioma prodigioso de Lorca. Sin siquiera la preposición (Haciendo a ... ), que, aun con su fealdad, algo hubiera justificado. Bueno, el título es lo de menos. No lo es, por la belleza de su resultado, el deseo de superposición a los textos de los elementos de dirección como grandes protagonistas: unas luces, unas grúas, un espacio negro para que asomen los actores, en todo o en parte: porque tiene, repito, una gran belleza, una invención onírica que consigue que en el teatro se pueda producir lo que en el cine sería tan fácil.Quizá no sea ésa la forma de enfrentamiento, el juego del teatro: técnica contra técnica. Aunque sea admirable: los elementos elevadores suaves, sencillos, silenciosos: las luces participando en la representación. Quizá, pienso yo, la forma de enfrentamiento, y la posible necesidad del teatro frente al cine, siga estando en su valor genuino: la palabra escrita y, luego, dicha. Brillan aquí, por encima de la maravillosa y de la enormemente elogiable técnica: la palabra de Lorca que, con la de Valle-Inclán -si no hubiera otras-, ha llenado un siglo, o muchos siglos, de teatro español.

Haciendo Lorca

Textos de Federico García Lorca, con versión, iluminación, vestuario y dirección de Lluís Pasqual. Escenografía: Frederic Amat. Intérpretes: Nuria Espert y Alfredo Alcón. Coproducción del Centro Dramático Nacional Y el Odeon Theatre de I'Europe. Teatro María Guerrero.

El talento teatral de Lluís Pasqual selecciona, sobre todo, las de algunas mujeres de Lorca: las de Yerma, las de Bodas de sangre, las de La casa de Bernarda Alba. Las de la mujer sin hijo, las de la, mujer sin hombre, o ante la muerte del hombre. Vi en el patio de butacas cómo lloraban algunas mujeres (asistí a la representación del lunes), y supongo que sería por eso, por mujeres hondas, sin hijo o con alguna tragedia: por mujeres penetradas por la palabra de un hombre que, probablemente, no conoció mujer, y compartió algunos de los deseos y de las frustraciones de ellas, y lo hizo con la mayor emoción del inundo.

La palabra "juego" la emplea mucho Lluís Pasqual en la notita del programa, y no sé si será otro barbarismo ("juego" por representación) o que realmente ha concebido como un juguete, como un juego, esta manera de presentar la eterna emoción. Como ha elegido, no sé si también él impulsado por la misma fuerza humana y genérica que puso Lorca, textos de mujer, es lógico que Nuria Espert se convierta en protagonista, y la blandura y suavidad de Alfredo Alcón, tan gran actor, en su apoyo.

En todo caso, los dos, sus rostros y sus cuerpos flotando por el escenario, mantienen durante la hora breve del espectáculo la emoción profunda y el amor eterno a Lorca. Y al teatro. Se puede dar las gracias a los intérpretes y al inventor del espectáculo por lo que consiguen transmitir: la emoción del teatro.

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