Londres presiona hoy en la UE por un menor embargo por las 'vacas locas'

El ministro británico de Agricultura, Douglas Hogg, utilizará todas sus dotes de persuasión para presionar a sus colegas europeos en el consejo que les reúne hoy y mañana en Luxemburgo. Su objetivo es lograr que los Quince den el primer paso político en favor de una suavización del embargo que pesa sobre los productos de vacuno británico debido a la enfermedad de las vacas locas.

Toda medida tendente a relajar ese embargo será recibida como agua de mayo por el Gobierno de John Major. Parece que los ministros no ayudarán a Hogg, pero nadie se atreve en Bruselas a asegurar que el Reino Unido no se salga con la suya.Londres remitió la pasada semana a la CE un plan de sacrificar 42.000 vacas, para reducir entre un 15% y un 31 la enfermedad. El Gobierno británico espera como compensación un gesto político de relajación del embargo. Pero el plan inglés ha sido muy mal recibido en Bruselas, donde el mejor cumplido se ha reducido a la retórica frase "es un paso en la dirección correcta". En privado, los funcionarios echan pestes del documento y lo consideran una tomadura de pelo.

A ello se unen los nuevos casos de la enfermedad de Creutzfeld-Jacobs (ECJ) en zonas en las que la enfermedad de las vacas locas ha tenido una gran incidencia, aumentando así la sensación de que puede transmitirse al hombre. El hecho de que las víctimas sean muy jóvenes -entre 15 y 29 años- pone en tela de juicio la teoría de que el mal tarda entre 10 y 15 años en desarrollarse. Por mucho que estas informaciones hayan sido luego matizadas, cuando no desmentidas, no dejan de ser un enorme inconveniente para el Gobierno británico.

El día se abre con un desayuno de los ministros británico e italiano, Douglas Hogg y Walter Lucchetti, y el comisario Hans Fischler, justo antes de que se inicie el consejo de ministros. El consejo estudiará un informe de la CE sobre el plan de Londres. Sin duda, Hogg pedirá a sus colegas que levanten el embargo o al menos lo suavicen. El consejo no puede decidir al respecto, pero sí llegar a un acuerdo que tendría un gran peso. La decisión debe ser tomada por la CE, previo dictamen del Comité Veterinario Permanente. Este comité se ha pronunciado hasta ahora contra una relajación de las medidas adoptadas cuando estalló la crisis, pero un pronunciamiento político de los ministros, junto al plan británico, puede hacer inclinar la balanza en favor de la suavización.