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Un crucero maldito por el Mediterráneo

El barco de lujo italiano Achille Lauro, construido en 1947 y considerado como un símbolo precioso del antiguo imperio napolitano, fue secuestrado por cuatro extremistas palestinos el 7 de octubre de 1985, cuando acababa de salir del puerto de Alejandría (Egipto). Llevaba unas 480 personas a bordo en un crucero por el Mediterráneo.El comando, que aseguraba actuar en nombre el Frente para la Liberación de Palestina (FLP), cuyo líder era Abu Abbas, hombre muy próximo a Yasir Arafat, pidió "la liberación de los detenidos palestinos en Israel". Tres días después, tras, arduas negociaciones con el Gobierno egipcio que les prometió entregarlos a representantes de la OLP y darles un salvoconducto para salir del país, los piratas abandonaron el barco a 15 millas náuticas al norte de Port Said (Egipto).

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La única víctima entre el pasaje fue el judío norteamericano 'Leen Klinghoffer, a quien arrojaron por la borda.

El día 11 de octubre, Estados Unidos ordenó interceptar el avión egipcio que transportaba a los cuatro secuestradores, obligándole a aterrizar en la base de la OTAN de Sigonella, en Sicilia, con la intención de detenerlo. Este incidente provocó un conflicto diplomático con Italia, sobre todo porque EE UU acusó a Italia de permitir que Abu Abbas, jefe del FLP,* abandonara Italia después de que el entonces presidente estadounidense, Ronald Reagan, pidiera que se le detuviese come, cerebro del secuestro.

El juicio comenzó en Génova el 18 de junio de 1986. En el banquillo no se encontraba Abu Abbas. Los acusados eran 15, aunque 10 de ellos fueron juzgados en rebeldía. Abu Abbas y su s dos colaboradores, Ozzudin Badrakhan y Ziad el Omar, los tres juzgados en rebeldía, fueron condenados a cadena perpetua y los demás acusados fueron condenados a penas menores, incluido Majed al Molqui, autor material del asesinato de Klinghoffer, fue sentenciado a 30 años de cárcel.

El Achille Lauro, por su parte, tuvo un mal final. Años después, el 31 de enero de 1994, se hundió en aguas del océano índico, a 250 kilómetros de las costas de Somalia, tras arder como consecuencia de un incendio accidental en la sala de máquinas.

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