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Los galeristas ofrecen calidad y optimismo.

La pintura domina una feria más clásica, que aleja los objetos y las instalaciones

La Feria de Arte Contemporáneo, Arco 96, se inauguró ayer con el optimismo de las 193 galerías participantes - 100 españolas-, que hacen una oferta "de calidad y en un ambiente más sereno", donde domina la pintura sobre los objetos de ediciones anteriores. En los pabellones 5 y 7 del recinto ferial Juan Carlos I, de Madrid, se muestran hasta el martes las obras de un un millar de artistas.Arco 96 fue inaugurada por la ministra de Cultura, Carmen Alborch, y hoy será visitada por la reina Sofía. En la feria ocurre de todo: ver o comprar un picasso por 500 millones o tomar un fino con fresones.

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La directora de Arco, Rosina Gómez-Baeza, destacó ayer el "buen nivel de las obras expuestas, con piezas museables muy interesantes y. presentadas de forma muy cuidada". Señaló también el apoyo de las instituciones, tanto públicas como privadas, a un coleccionismo de arte contemporáneo. "La feria es un medio para llegar a una clientela más amplia. Se producen ventas y contactos"'.También Carmen Alborch animó a los potenciales compradores: "He venido a Arco desde el inicio, hace 15 años, y junto a otra gente hemos iniciado aquí pequeñísimas colecciones, y también apoyado a los artistas jóvenes. Creo que éste es un buen lugar para aficionarse al arte y para comprar". La ministra destacó "el buen ambiente" como principal característica de esta feria y se refirió de forma somera a la solicitud de reducción del IVA que reclaman los galeristas: "Estamos estudiando el tema fiscal en relación a diferentes sectores culturales. Manteniendo el ambiente de solidaridad y teniendo en cuenta las prioridades del Gobierno, todas aquellas medidas que sirvan como apoyo a los artistas o intermediarios nos parecen dignas de atención".

En la zona dedicada a museos, revistas y ediciones, el pabellón de El País Semanal ofrece pinturas de Tàpies, y el de Babelia fotografias de Cartier-Bresson. Las azafatas llevan diseños de Los Pepes.

Los galeristas confirmaron ayer que en los últimos meses se ha comprobado una reactivación económica, que esperan se traslade a los resultados de la feria. El galerista Tomas March, de Valencia, indica que la vitalidad del mercado se ha notado en el certamen de Basilea en junio, aunque no siguió en la FIAC de París. "Este año hay un salto en la oferta, sin la timidez de otros años, y con mejores galerías.

. Para Norberto Dotor (Fúcares), las aguas están más calmadas", con un arte contemporáneo, que todavía no forma parte de la normalidad de la vida cotidiana. En esta edición aprecia que "no hay moda", con unas propuestas donde se reflejan los aspectos más vitales de los artistas. La galerista Oliva Arauna apoya el alto nivel "con piezas más sólidas" y unas tendencias que ya con 15 ediciones de Arco cada vez sorprenden menos.

Los galeristas extranjeros también han llegado "con entusiasmo ". La Pacewildenstein, de Nueva York, fue la estrella del año pasado, con una escultura de Picasso, Mujer en el jardín, que en enero acabó en la colección del Museo Reina Sofía, tras pagar un banco 700 millones. Ahora vuelven con otros picassos, uno grande de 1919 y una escultura de 1944. En Bärbel Grasslin, del programa de Alemania en Arco, interesa contrastar el mercado con la solidez del coleccionismo alemán.

Elena Tatay, directora de la galería Joan Prats de Barcelona, también es optimista. "Creo que ha habido un esfuerzo importante por parte de la organización para atraer las colecciones corporativas. En los últimos años se ha notado ya este aumento y pienso que éste puede ser el de la consolidación".

Catherine Thieck, de La Galerie de France, sala que vuelve a Arco tras cuatro años de abandono, celebra el encuentro. "Regresamos porque creo que ahora Madrid. ya forma parte de Europa al igual que Milán, Londres o París, y es importante para nuestros artistas estar aquí", indicó. "No se trata sólo de vender, de hecho la mayoría de las obras que traemos son casi piezas de museo, pero España es una plaza importante".

El galerista catalán Carles Taché hace gala de un optimismo sin fisuras: "Hacía muchos años que río veía un ambiente tan favorable; los resultados ya se verán, pero las perspectivas son buenas". En el otro polo, el galerista mallorquín Josep Pinya, de la Sala Pelaires, asegura detectar un "desánimo general que más que artístico es ciudadano". "De todas formas, Arco siempre ha sido un catalizador importante y creo que de nuevo habrá muchos visitantes".

La galería Johnen&Schöttle, de Colonia, es una de las invitadas. "Es la primera vez que venirnos a la feria y esperamos sobre todo que nos servirá para conocer a personas relacionadas con museos o colecciones españolas", comenta Ursula Trübenbach.

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