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La cultura europea pierde dinero en 1996

Varios Gobiernos de la UE, salvo Italia, recortan sus gastos para las artes

Son varios los países de la Unión Europea cuyos Gobiernos están recortando los presupuestos de cultura. Los intelectuales ven con inquietud cómo políticos cada vez más pragmáticos marginan las cuestiones patrimoniales, los museos y la creación. Sólo Italia se libra de la rebaja. En el Reino Unido, los fondos de la Lotería Nacional han sido criticados desde diferentes sectores artísticos como una "cortina de humo" para ocultar el recorte del 3% en cultura. En Francia, el nuevo Gobierno de Juppé intentó ahorrarse a costa de la Cultura 19.000 millones de pesetas, aunque, finalmente, sólo se han evaporado 400. En Alemania, los presupuestos regionales han disminuido ligeramente en los últimos años. En Holanda, el recorte para este año supone el 5%. En España, el Ministerio de Cultura cuenta en 1996 con 9.344 millones de pesetas menos que el año anterior. Y en Portugal, la política de contención presupuestarla afectará al teatro, el cine y la industria editorial.

En España, el presupuesto global del Ministerio de Cultura para 1996 ha sido recortado en 9.344 millones de pesetas. En 1995, este departamento contó con 72.584 millones. Los presupuestos de 1996, prórroga de los anteriores ya que el Congreso no aprobó el proyecto del Gobierno ante la anunciada convocatoria electoral, quedan, tras el recorte, en 63.240 millones. La política de ayudas a la cinematográfica y la reforma del Museo del Prado, además de los programas de conservación de bibliotecas, auditorios y teatros, más los proyectos de colaboración con las comunidades autónomas, son considerados temas prioritarios. Para paliar la escasez presupuestaria, la Administración trata de implicar a las empresas privadas con la entrada en vigor hace un año de la ley del Mecenazgo. De esta forma ha llegado al Reina Sofía la escultura La mujer en el jardín, de Picasso, con 691 millones aportados por el BBV. El Ministerio de Cultura intenta rematar la Operación Picasso para conseguir con financiación privada media docena de piezas de los años treinta entre las colecciones de los herederos del pintor.FRANCIA

Recortes en grandes obras.

Sobre el papel, el presupuesto destinado al Ministerio de Cultura en Francia corresponde al 1% de los gastos del Estado y rnantiene, pues, el porcentaje que destinaban a dicho ministerio los Gobiernos socialistas de principios de los años noventa. El Gobierno de Juppé intentó recortar en un 10% la cantidad destinada a Cultura suprimiendo inversiones destinadas a los llamados (Grands Travaux u obras públicas de edificios de prestigio. También se preveyó reducir los Fondos correspondientes a las compras de obras o a encargos, así como una parte de la subvenciones que iban a parar al Centro Nacional del Cine y a teatros, centros musicales o festivales de todo tipo.

Los recortes eran importantes y habían generado ya el anuncio de un alud de cierres. Al final sólo se han evaporado 20 millones de francos (unos 450 millones de pesetas), cuando se pretendía un ahorro de más de 770 millones (unos 19.000 millones de pesetas). Pero la realidad es otra aún desconocida. El Estado ha optado por pagar, con un retraso desconocido en Francia, las subvenciones y ralentizar las actividades.

ALEMANIA

Mantener los auditorios

En Alemania, las competencias para asuntos de cultura corresponden constitucionalmente a los 16 Estados federados. A pesar de esa competencia de los Estados federados, que se manifiesta a nivel legislativo, son, sin embargo, los Ayuntamientos y comunas los que gestionan y subvencionan la mayor parte de las instituciones culturales.

Obligados también a hacer frente a las crecientes cargas sociales, los Ayuntamientos han venido reduciendo en los últimos años la proporción de las asignaciones presupuestarias destinadas a la cultura. Según datos de la Oficina Federal de Estadística, en 1992 (último año del que se disponen estadísticas totales) se gastaron en cultura 14.161 millones de marcos (más de 1,2 billones de pesetas) con cargos a los presupuestos de las distintas administraciones públicas alemanas. Los 16 Estados de la República Federal destinaron ese año 4.827 millones de marcos a actividades culturales.

El crecimiento de gasto en cultura de los diferentes Estados ha subido desde entonces menos que el promedio de sus presupuestos totales. En 1994, los länder invirtieron en este campo 5.363 millones de marcos distribuidos de una forma desigual, ya que mientras Berlín destinaba 426 marcos por habitante y año, Renania del Norte sólo invertía 34 marcos anuales por persona.

De la actividad federal en el campo de la cultura destaca el mantenimiento de 95 auditorios y la subvención del teatro, ya que las salas reciben un promedio de 100 marcos por entrada (8.500 pesetas).

ITALIA

Aumento de un 5%

En Italia, el gasto público en cultura tenderá a subir durante este 1966, a pesar de que los presupuestos prevén que el Estado ahorre globalmente unos tres billones dé pesetas con respecto a 1995. Las partidas relativas al capítulo considerado aumentan, sin embargo, en torno al 10%, lo que representa cinco puntos por encima de la inflación, que debería situarse en torno al 5%.

El presupuesto para la cultura se divide en Italia básicamente entre dos organismos: el Ministerio dei Beni Culturali e Ambientali, que se ocupa del ingente patrimonio artístico y arqueológico italiano y de la defensa del medioambiente, y la secretaría para el espectáculo, que, desde que desapareció el Ministerio de Cultura propiamente dicho, depende de la Presidencia del Gobierno.

El presupuesto de Beni Culturali para 1996 es de casi dos billones y medio de liras (unos 200.000 millones de pesetas), 215.000 millones de liras más que el año anterior. La secretaría para el espectáculo tiene un presupuesto mucho menor, dado que carece de personal, cifrado en 917.000 millones de liras, que son 67.000 millones más que en 1995. La tasa global de crecimiento del gasto que se deduce de estas cifras es el 9,67%.

HOLANDA

Otras prioridades

El Gobierno de coalición holandés parece tener otras prioridades diferentes a la cultura. De hecho, desde mediados de 1994, en el que el laborista Wim Kok asumió el poder, los presupuestos destinados a cultura se han visto notablemente recortados. Durante este año se gastarán 60 millones de florines (unos 4.200 millones de pesetas) menos de los que se gastaron en el año 1994, y, de acuerdo con las previsiones, los recortes continuarán de forma drástica hasta 1998.

Los 2.400 millones de florines de este año (unos 160.000 millones de pesetas) sí suponen -en términos numéricos- un pequeño incremento con respecto al pasado año. Sin embargo, la realidad no es la que se apunta. La mayoría del dinero será invertido en la privatización del fondo de pensiones de los funcionarios. En ayuda directa al fomento, mantenimiento y desarrollo de la cultura, la cantidad destinada ha caído en casi el 5%.

La nueva política se ha dejado sentir especialmente en las ayudas al arte, tradicionalmente muy generosas en Holanda, con la única excepción del cine.

PORTUGAL

Una reducción del 12%

Los socialistas portugueses, llegados al poder el pasado mes de octubre, discuten precisamente estos días sus primeros presupuestos generales, si bien el proyecto que se maneja, según fuentes del departamento, supone una reducción del 12% en términos globales con respecto al año anterior. Las dificultades económicas por las que atraviesa Portugal y los compromisos socialistas para reducir el gasto sin aumentar impuestos van a provocar la contención de sus presupuestos -sólo están previstos aumentos en Educación, Salud, Equipamiento Social y Justicia-. No obstante, los responsables portugueses de Cultura confían en conseguir dotaciones extraordinarias para varios proyectos especiales, entre ellos el que persigue la protección de los grabados rupestres de Foz Coa, más de un centenar de grabados paleolíticos con más de 20.000 años de antigüedad, situados cerca (te la frontera española, a la altura de la provincia de Salamanca. Esta política de contención afectará, sin duda, al teatro, el cine y la industria editorial, aunque las autoridades pretenden poner en marcha una ambiciosa campaña internacional para difundir la cultura portuguesa que tendría como trampolín la celebración de la Exposición Mundial de Lisboa en 1998.

Información elaborada por Octavi Martí (París), Lino Ventosinos (Bonn), Javier García (Lisboa), Peru Egurbide (Roma), y Sonia Robla (Utrecht)

La lotería, salvavidas en el Reino Unido

En noviembre pasado, al presentar a la prensa el presupuesto de Cultura para el Reino Unido, Virginia Bottomley, titular del Departamento, aseguró entusiasta que a lo largo de 1996 las Artes en general disfrutarían de medios económicos nunca vistos. Con una asignación de 960 millones de libras (unos 190.000 millones de pesetas), es decir, un 3% menos que el año anterior, quedaba poco margen para el optimismo. Pero al hablar de fondos, la ministra se refería también a los mil millones de libras que, procedentes de los fondos de la Lotería Nacional, financiarán anualmente empresas culturales.El Gobierno británico ha negado una y mil veces que los beneficios que le corresponden de la suculenta tarta de la Lotería Nacional puesta en marcha hace poco más de un año vayan a ser utilizados para tapar agujeros presupuestarios.

Sin embargo, la mención constante a esos fondos ha servido, en el caso concreto del Departamento de Cultura -que engloba Patrimonio Nacional, Deportes y Turismo, también-, para ocultar como una cortina de humo la realidad de los recortes. Centenares de millones de libras se dedican a la cultura, pero, paradójicamente, los directores de los museos nacionales denuncian constantes recortes de fondos.

Lord Gowrie, presidente del Consejo de las Artes -englobado dentro del Ministerio de Cultura- denunciaba el drama que representa para teatros, orquestas y ballets, el recorte de cinco millones de libras (unos mil millones de pesetas) que se ha operado en el presente presupuesto del Consejo, y denunciaba un hecho capital. "El dinero de la lotería no se dedica a promocionar las Artes. Va destinado a los arquitectos y constructores, a quienes fabrican instrumentos musicales y a todos aquellos que crean la infraestructura necesaria para las actividades culturales".

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