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La ley del mercado

"El mercado ya gobierna la cultura barcelonesa". Lo dice Daniel Martínez, responsable de Focus, la productora que gestiona los teatros Borràs y Condal, pero podrían suscribirlo casi todos los empresarios y responsables culturales con los que habló este diario. "La cultura de la subvención, la tenaza de la subvención", continúa Martínez, "está aflojándose en Cataluña. Quizá hayamos llegado a un punto en el que la normalización lingüística del catalán ha tocado techo. Nosotros ya tenemos suficiente margen como para programar sin depender de las subvenciones y fijándonos tan sólo en la calidad y en las posibilidades de penetración comercial de los diversos espectáculos".Toni Albadalejo, director de la empresa Anexa, que gestiona los teatros Goya y Victòria, es el responsable de la exhibición en Barcelona de uno de los grandes éxitos de la temporada. Nada menos que La del manojo de rosas, zarzuela cumbre, que se ha representado en el Victòria prácticamente a teatro lleno. Albadalejo repite una y otra vez que el éxito de un espectáculo depende de su. calidad y no de las opciones culturales o lingüísticas: "La zarzuela que hemos presentado está a la altura de los grandes musicales europeos. Por eso ha triunfado aquí y en todas partes".

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El teatro en castellano reune más espectadores en Barcelona que las obras en catalán

Francesc Mariejas, de la Sala Beckett, una de las salas alternativas de la ciudad, subraya con énfasis la "vocación de mezcla que ha caracterizado siempre la oferta cultural de Barcelona", y señala el "aumento de la población flotante, que viene por turismo o por negocios", como responsable del incremento del teatro en castellano.

Joan Maria Gual, director del Mercat de les Flors y frecuente programador de los espectáculos del teatro clásico español, observa que "la apertura cultural aún debe progresar más en CataIuña. El interés del público catalán por el gran teatro clásico español es muy poderoso".

En 1988, el responsable de la actual compañía de Teatro Clásico Español, Adolfo Marsillach, no quería llevar sus espectáculos a Barcelona por temor a la reacción del público. "Por temor al vacío", dice Ferran Mascarell, entonces y ahora responsable municipal de Cultura. "Costó mucho convencerle", continúa, "y al final fue un éxito absoluto. Con esto quiero decir que por parte de las compañías españolas ha habido también una injustificada des.confianza". Mascarell cree, por último, que "una menor presión simbólica en el asunto de la lengua y la renovación del empresariado teatral español explican que el teatro en casteIlano esté alcanzando en Cataluña un punto de normalidad".

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