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CONFERENCIA EUROMEDITERRÁNEA

El retorno de los fenicios

El libre comercio transfigurará la cuenca sur si atrae inversión europea

Xavier Vidal-Folch

¿Cómo convertir al Mediterráneo en un mar civilizado, seguro y próspero? Grecia lo intentó con la cultura. Roma, mediante el imperio. Otros, con las religiones. La Unión Europea (UE) y sus 12 socios de la otra ribera rescatan del baúl de la historia otra experiencia, la fenicia. Su secreto, comprar y vender. La zona de libre comercio (ZLC), para el año 2010, quedará consagrada el lunes y martes en Barcelona como clave de bóveda de la asociación de las dos cuencas, como piedra filosofal de una nueva región articulada. Aunque no se aplicará a palo seco, sino con medidas de acompañamiento, ¿resultará suficiente?La apuesta es arriesgada. Algunos la creen un sueño, pues el Sur sólo representa el 4% del comercio mundial. Otros ven revolucionario que jueguen países como Siria, con economías dirigistas y protegidas. Y es que nadie quiere quedarse fuera del proyecto: "Un esquema permanente de relaciones con los otros países del Mediterráneo", crear "un espacio euromediterráneo fundado sobre el libre cambio y la asociación en el máximo número de ámbitos posible" rezan los papeles fundacionales.

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La apuesta es novedosa. No es una ZLC fundada multilateralmente, como la EFTA. Surgirá por acumulación de acuerdos bilaterales, eso sí, dibujados sobre idéntico esquema, entre los países del Sur y la UE. Los recelos Sur-Sur impedían un solo tratado. Es una ZLC en filigrana. Pero nítida: el desarme arancelario se hará en 12 años como máximo.

Fenicios aparte, el modelo es la propia UE. Un mercado común. Pero acompañado de políticas voluntaristas, instrumentos de regulación y transferencias financieras que han marcado la pauta colectiva: reglas de competencia, armonización técnica, normas sanitarias... El mercado euromed calca a Europa y será tributario del socio fuerte, Europa. Los Quince pretenden hacer con la cuenca sur lo mismo que Japón, con el sureste asiático", susurra Bruselas. Inyectarle desarrollo, a cambio de con solidar su hegemonía.

El principal esfuerzo del ajuste desde el proteccionismo al librecambismo recaerá en los protagonistas. Será un mercado entre dos socios desigualmente desarrollados. Asimétrico, se quejan desde el Sur, porque ha quedado excluida la total liberalización agrícola, sustituyéndola por una "liberalización progresiva", a reexaminar en cinco años. Y porque el desmantelamiento de las protecciones es unilateral. Europa ha hecho ya todas sus concesiones, está completamente abierta a las exportaciones industriales de sus vecinos.

Castillo de naipes

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Se duda, pues, que el beneficio para el Sur sea automático. Se teme la destrucción de su tejido artesanal-industrial, dificultades de la balanza de pagos, reducción de ingresos fiscales, desempleo, recesión. Éste es "el verdadero nudo gordiano de la asociación", sostiene Eberhard Rhein, alto funcionario de la Comisión. O las economías sureñas se modernizan a buen ritmo, o todo se derrumbará como un castillo de naipes.Por eso la UE arbitró en Cannes ayudas financieras que acompañen el proceso de ajuste, financiando infraestructuras viarias y energéticas, modernizando administraciones y primando la inversión de las pyme: 4.658 millones de ecus (750.000 millones de pesetas) en subvenciones durante cinco años. Europeístas críticos y tercermundistas las consideran insuficientes: son 937 millones de ecus por año para los 12 países, mientras sólo EE UU subvenciona con 2.000 millones de dólares anuales a Egipto. Pero la comparación es inexacta. Aparte de los flujos de la UE están también los bilaterales. Y los 750.000 millones de subvenciones de Cannes deben comparse con los destinados a la primera prioridad de la UE, el Este: son un 70% de estos, una relación 1 a 1,4, mientras que entre 1991 y 1994 fue de 1 a 2,5 veces.

Bruselas responde además que se trata de "una masa crítica suficiente para catalizar el proceso". Y esa cantidad se duplica con igual cifra de créditos oficiales.

Pero la prueba de fuego del esquema será la capacidad de atraer inversión. Si la cuenca sur se dispone al sacrificio del desarme arancelario es porque espera multiplicar la inversión extranjera, que cofinancie el proceso y modernice su economía. No hay datos globales fiables sobre las inversiones de la UE en la cuenca sur, pero Bichara Jader, profesor en Lovaina, estima que son "ocho veces menores que las norteamericanas en México". Francia es la líder. España ya despierta. "Deslocaliza Ahora las zonas próximas, con infraestructuras y recursos humanos, tienden a primar a la hora de ubicar inversiones frente a las lejanas, sólo competitivas por el bajo coste de su mano de obra. Fouad Zaim, profesor de Economía en Rabat, pide una "verdadera política comunitaria de drenaje, acompañamiento y seguimiento de inversiones directas europeas hacia el Mediterráneo". Pero muchas grandes empresas ya se han dirigido a la Comisión, interesadas por invertir en el Sur. Sólo necesitan administraciones rápidas, legislaciones abiertas, seguridad política. Campo abonado para ser eficaces. De eso depende en definitiva, que este mar sea un región. O se quede en sueño.

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