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Detective en la corte de Tutankamón

Anton Gill publica en España sus novelas de intriga ambientadas en el antiguo Egipto

Jacinto Antón

¿Cómo ocurrió?-No lo sé. Pero he visto las heridas. Son horribles. El auriga casi fue cortado en dos por una de las ruedas.

-¿Y el rey?El que pregunta es un investigador muy especial: lleva un faldoncillo corto, calza sandalias, está un poco gordo y en su fuero interno adora al dios Atón. Es Huy, ex escriba en Amarna, la capital del faraón hereje. Akenatón, y ahora -estamos en el Egipto de 1352 antes de Cristo-, tras la contrarreforma religiosa, reciclado como detective. El asunto que le ocupa es de, envergadura: la muerte del joven rey Tutankamón. Todos los indicios apuntan a que ha sido asesinado víctima de una conjura, aunque el crimen ha sido camuflado de accidente de caza.

El caso de la muerte de Tutankamón es el tercero de los que investiga Huy, personaje creado en 1991 por el escritor británico Anton Hill (Essex, 1948) y protagonista de la trilogía La Ciudad del Horizonte, La Ciudad de los Sueños y La Ciudad de los Muertos (Plaza & Janés). En la galería de detectives ficticios de la antigüedad sobresalen los romanos como Marco Didio Falco y Gordiano el Sabueso, pero los egipcios no han proliferado. "Conozco otro investigador, creado por la norteamericana Linda Robinson, pero trabaja en una época posterior, la de Ramsés II, se ñala Hill.

El padre de Huy, que al crearlo tuvo como referente al detective Van der Valk de Nicolas Freeling y que imagina a su criatura con el aspecto de Bob Hoskins, ha elegido para ambientar sus thillers la época que va del reinado de Akenatón al de Horemheb. "Entre ellos hay tres reinados muy cortos, los de Smenjkara, Tutankamón y Ay en sólo 16 años. Toda esta época de final de la XVIII Dinastía es muy atractiva porque después de 3.000 años de mucha estabilidad encontramos un periodo de cambios muy rápidos, confusión política y religiosa, creatividad artística... en cierto sentido fue una época oscura, con similitudes con la nuestra".

¿Por qué en el género negro hay más detectives romanos que egipcios? "Quizá porque la historia romana es más accesible, todo el mundo tiene referencias. Es más difícil escribir sobre el antiguo Egipto. También es cierto que la forma de pensar de los egipcios antiguos nos queda más lejos. Técnicamente es complicado resucitarlos, pero yo no quiero que sean personas actuales vestidas de egipcios, intento que piensen y sientan como entonces". Hill cree que lo que hace especial a su detective es que vive en una sociedad que ha sufrido una regresión tras las reformas de Akenatón: "Él no puede volver atrás, es un hombre más moderno que su entorno, razona más, y eso le da todos los números para ser un buen investigador". Hill reconoce que no hay evidencias de que existiera algo así como detectives privados en tiempos de los faraones, pero dice que sí había policía política y espionaje militar. Y desde lueogo, había funcionarios que descubrían a los ladrones de tumbas. El autor ha escrito ya una nueva trilogía sobre Huy, aunque está más centrada en la novela histórica' que en el thriller. Hill, que alimentó su interés por los faraones desde niño en el British Museum, ha sido muy riguroso en todos los casos de Huy: ha contado con la supervisión de egiptólogos y, por ejemplo, la muerte de Tutankarnón -un enigma histórico- es descrita con pertinencia (y emoción). "En general, los egiptólogos no están más en desacuerdo conmigo de lo que están entre ellos" señala con humor.En los casos de Huy hay sexo (una serie de crímenes transcurren en un burdel, en el que se oyen frases como "un culo precioso el de esa Hathfertiti, pero un poco estrecho" aunque sin llegar al nivel del priápico Norman Mailer de Noches de la antigüedad. "El sexo y la muerte interesaban a los egipcios, la muerte de manera especial, y el sexo... como a todos", apunta Hill, autor de varias obras de no ficción sobre historia contemporánea, como The Journey back from hell (Harper & Collins).

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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