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CUMBRE EN BARILOCHE

Condena explícita al endurecimiento del embargo a Cuba por el Congreso de EE UU

Pese a que el ropero civil de Fidel Castro -seis trajes y diez corbatas- constituye la apertura política más relevante en Cuba, España logró que la V Cumbre Iberoamericana de jefes de Estados y de Gobierno incorporara un añadido condenando explicitamente el endurecimiento del embargo contra la isla establecido en un proyecto de ley que ayer debatía el Congreso de EE UU. De las declaraciones del presidente del Gobierno de Madrid, Felipe González, en una conferencia de prensa se deduce que el mandatario español propuso, sin lograrlo, que las palabras "embargo" y "Cuba" aparecieran en el documento final de la reunión.

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Inicialmente, respetando la redacción de la delegación cubana, la declaración aprobada por los cancilleres había aprobado un punto contra las "medidas coercitivas unilaterales que afectan al bienestar de los pueblos iberoaméricanos". González, quien la noche anterior se reunió con Fidel. Castro durante más de dos horas, consiguió en la sesión de clausura que la cumbre sumara un punto . más directo: "En estos momentos vemos con especial preocupación las modificaciones normativas que se discuten en el Congreso de Estados Unidos [ley Helms-Burton] y que irían en la dirección contraria a estos principios cuya aplicación reclamamos". Según González, "desde el punto de vista de Clinton será bien recibido [el añadidol]".Razones no le faltaron a Castro para abandonar Bariloche satisfecho. "Mis colegas constantemente me regañan y me leen la cartilla, pero en esta ocasión ha sido mucho menos", manifestó a un grupo de periodistas españoles. Ningún jefe de Estado o de Gobierno le reclamó expresamente cambios políticos, y el propio presidente argentino, Carlos Menem, anfitrión, reconoció que tampoco Castro aludió en ningún momento a la posibilidad de que vayan a ser implementados. "En cuanto exigimos o hacemos algunas manifestación dura se enrocan", confesó un alto funcionario español.

Tampoco aportó pistas Felipe González sobre el encuentro sostenido con el dictador cubano en su hotel de Bariloche: "Soy discreto y él como ustedes conoce mi postura". Al ser preguntado sobre qué gesto facilitaría un acuerdo de colaboración entre la Unión Europea y el Gobierno de la isla, González precisó que el acuerdo, de suscribirse, no incorporará cláusulas de condicionalidad y se asemejará al aplicado en el caso de Vietnam. "El acuerdo con Vietnam contiene una declaración de principios importante y en este caso [Cuba] también la tendrá Sería un magnífico gesto la decisión de excarcelar a presos políticos".

Castro, admirado como una pirárnide egipcia entre muchos funcionarios de las cancillerías argentinas y besado por las más entregadas, agradeció la ayuda española a la isla: "Es un deber de la madre patria para con sus hijos". El desarrollo de la cumbre y el apartado más interesante le complacieron: "La resolución me parece suficiente; el adversario es muy fuerte y no podemos pedir a la gente que se incinere. No podemos ser extremistas".

El comandante cubano, visiblemente risueño en el amistoso ambiente de la conferencia, no. dudó en desdeñar la probable aprobación de la ley Helms-Burton, que establece sanciones contra los empresarios extranjeros, que inviertan en Cuba.

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Castro prometió "una apertura en orden", aunque sin afectar a los ideales revolucionarios, que se han demostrados fracados. "Estamos haciendo cosas. Lo que no vamos hacer es renunciar a nuestros ideales, a nuestros objetivos éticos, políticos, sociales".

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