García Márquez y Frida Kahlo llegan a escena en dos monólogos
Maite Brick y Laura García estrenan sus montajes en MadridROSANA TORRES, Madrid
"Nada se parece tanto al infierno como un matrimonio feliz". Esta frase de Gabriel García Márquez -con la que Laura García, actriz emblemática del Teatro Libre de Colombia, inicia el monólogo Diatriba de amor contra un hombre sentado, única pieza teatral calificada de "inmensa cantaleta" por el premio Nobel- no sólo sintetiza este espectáculo que hoy se estrena en el madrileño teatro de la Abadía. Hoy también se estrena, en el teatro Alfil, otro espectáculo con el que guarda paralelismos. Frida K., un monólogo que interpreta otra actriz de talento como es la española Maite Brick -recuperada para los escenarios tras un voluntario silencio-, que también desprende resonancias caribeñas que transitan por la atormentada vida de la pintora mexicana.
Son dos historias que tienen algo de esposas hastiadas. Dos mujeres, dos actrices, Maite Brick y Laura García, pelean, como sus personajes, por transmitir desolados mundos impregnados de fatalismo y de aires caribeños.Laura García narra un reflexionado reproche de una mujer hacia su marido con su monólogo, "un intrincado texto de Gabo", como ella dice. Dirigido por Ricardo Camacho, fundador del Teatro Libre de Colombia, este texto, publicado en España por Grijalbo-Mondadori, supone la única incursión de García Márquez en el teatro, ya que su drama El congreso de los fantasmas, escrito en 1951, fue un pequeño intento nunca representado. Para la actriz y el director, Diatriba... remite a la desolación del mundo de la pareja. "No estamos ante un tema original", dice Camacho, "esta inmensa cantaleta ya fue tratada por Cocteau y O'Neill, y tantos otros, aquí la originalidad estriba en cómo lo aborda el autor y eso es algo mágico". En la obra, escrita en 1987, García Márquez abandona por primera vez sus habituales paisajes y personajes mágicos e intemporales para introducirse en un mundo urbano contemporáneo, moderno y lleno de referencias actuales.
Laura Garcia se sometió a técnicas especiales para memorizar el complicado texto. Encarna a una mujer de posición acomodada que se enfrenta a un dolor que va más allá del que pueda tener una persona desengañada por la vida.
Entusiasmo
García Márquez, se quedó entusiasmado con este montaje, aunque puso pegas a la escenografía, pero posteriormente fue corregida tras sus "sugerencias". El espectáculo, que ya ha recorrido numerosos países americanos, inicia una gira europea en Madrid, para luego ser estrenado en Nueva York.
Por su parte la actriz Maite Brick ha elegido para su retrato escénico una mujer que sigue atrayendo profundamente, 41 años después de su muerte. Un influjo, el de Frida Kahlo, que no sólo se debe a su sugerente obra pictórica, que la convirtió en una de las artistas, más interesantes del siglo XX, sino también porque su vida personal tiene quizá aún más fuerza y ésa es la que intenta transmitir esta actriz catalana, afincanda en Madrid, en Frida K., espectáculo escrito por Gloria Montero y dirigido por Peter Hinton.
"Estaba buscando una obra y fue Nuria Espert la que me pasó este monólogo porque le parecía muy interesante", dice la actriz, quien reconoce que sobre Kahlo conocía aspectos generales de su biografía, pero al descubrir la profundidad del personaje cayó enamorada: "Esos enormes deseos de vivir, a pesar de su calamitosa vida, son el motor de muchas cosas, de su desgarro, su angustia y sobre todo su pelea contra la muerte". El espectáculo refleja estas constantes de la vida de Kahlo, sobre todo ese humor que utilizó en su constante pelea contra la tragedia: "Era divertida, bonita, distinta, coqueta..., un ser risueño al que amaban hombres y mujeres excepcionales; nunca se lamentaba, ni dejaba paso a la autocompasión", dice Brick, quien para transformarse en esta mujer que aborda su relación con su padre, su esposo, su compromiso político, su lucha contra la muerte, se ha tenido que espesar no sólo las cejas, sino también el bigote.
Babelia
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