Editores españoles consideran desorbitada la petición de 125 millones por la obra de Borges
Un agente norteamericano ofrece los derechos en la Feria de Francfort
Los editores españoles coinciden en encontrar desorbitada la petición de un millón de dólares (125 millones de pesetas) para publicar los libros del escritor argentino Jorge Luis Borges. El agente norteamericano Andrew Wylie, representante de María Kodama, heredera de Borges, ha contactado con varias editoriales españolas (entre ellas Alfaguara, Anagrama, Tusquets y Plaza y Janés), pero, aunque en todos los casos han mostrado su interés por la obra del escritor argentino, han calificado el precio de exagerado.
ENVIADO ESPECIAL
La editorial argentina Emecé, que ostentaba los derechos de la obra hasta el mes pasado, está en negociaciones con Wylie, aunque todavía no se ha llegado a ningún acuerdo.Andrew Wylie, prestigioso agente norteamericano de la agencia Aitken, Stone and Wylie, admitió ayer a este diario que los derechos mundiales de la obra de Borges están disponibles, pero se mostró muy cauto a la hora de entrar en detalles. "Es cierto", afirmó Wylie, "que los derechos de Borges han quedado libres, por lo menos en lo que concierne a la edición de libros individuales. La obra completa, sin embargo, continúa siendo propiedad de la editorial argentina Emecé".
Francisco G. del Carril, editor de Emecé, confirmó ayer que los derechos de Borges con su editorial habían caducado, pero añadió que mantienen negociaciones con Wylie para prolongarlos. "Estamos de acuerdo en el precio", comentó Del Carril, "pero el problema está en una serie de seguridades que pedimos para no pillarnos los dedos". El precio, según otras fuentes, se movería en torno al millón de dólares, mientras que las cláusulas de seguridad harían referencia a los sistemas de pago, que deberían tener en cuenta la delicada situación económica argentina.
Juan Cruz, de Alfaguara, admitió haber tratado el tema, con Wylie, y comentó que no entra en los planes de su empresa acometer un plan editorial como el que proponía el agente internacional. Enrique Murillo, de Plaza y Janés, también mantuvo contactos con Wylie, pero considera que sería muy difícil amortizar la operación. "Borges tiene un gran prestigio, pero no creo que sus ventas permitan amortizar el millón de dólares", señaló.
El anterior contrato editorial de Borges lo firmó el escritor argentino, con Emecé en 1985, un año antes de su muerte. Tenía una vigencia de diez años y ha caducado hace unos días. El contrato para la edición dé la obra completa del escritor argentino caduca, en cambio, en 1998. A la muerte de Borges, su heredera, María Kodama, eligió como agente a Andrew Wylie, que está considerado como uno de los más duros negociadores de derechos del mundo. A este respecto, es sabido que Kodama se refiere a él como "mi tiburón".
Cuando este diario le preguntó a Wylie sobre qué editoriales en concreto se habían interesado por los derechos de Borges, se limitó a alzar los ojos y a decir: "Lo he olvidado". Cuentan, sin embargo, que cuando Jorge Herralde, de Anagrama, se cruzó con él en una feria reciente, al verle cargado de maletas bromeó: "¿Qué llevas ahí? ¿Las obras completas de Borges?". Dada la difícil situación que atraviesa México en estos momentos, las editoriales españolas, junto con la argentina Emecé, parecen las mejor situadas para competir por la obra de Borges.
No es un superventas
"Es Cierto que Borges es un clásico de gran prestigio", comentaba ayer Francisco G. del Carril, "pero no es un superventas. Algunos de sus libros, como Ficciones y El aleph, se venden bien; en un segundo rango figuran El libro de arena, Historia universal de la infamia y El informe de Brodie, pero el resto se venden poco"."Si lo perdemos como autor nos sabrá mal", añadió Del Carril, "pero estaremos tranquilos porque habremos hecho todo lo que podríamos hacer". Aunque Borges publicó en Emecé toda su obra, conviene recordar que su último libro, Los conjurados, apareció en Alianza en 1985 por divergencias con la editorial argentina.
Por otra parte, la Feria del Libro de Francfort mantiene su ritmo habitual. Ayer le tocó el turno a un debate organizado por la revista Lateral y moderado por su director, Milialy Dés. El editor Jorge Herralde y los escritores Juan Villoro y Jesús Díaz dialogaron sobre el papel de la crítica literaria. En otro acto celebrado en una sala cercana, el disidente chino Harry Wu presentó la traducción alemana de su libro Sólo el viento es libre, subtitulado Mis años en el gulag chino.
Babelia
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