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Obras maestras de Georges Rouault, reunidas en Madrid

El conservador de la galería Belvedere de Viena, Stephan Koja, declaró ayer que la pintura de Georges Rouault (1871-1958) refleja "la otra cara de la vida, una forma de entender el mundo con sus tensiones internas". Especialista en el artista francés, Koja es comisario de la exposición que esta tardó se inaugura en la Fundación Juan March, en Madrid (Castelló, 77). "Esta muestra es la mejor porque hay numerosas obras maestras".

Job de 1892, y Autorretrato, de 1895, son las primeras obras que inician el recorrido por "el clásico", según Koja, de Georges Rouault. En las distintas salas se han reunido 53 cuadros, realizados entre 1892 y 1953, y 12 grabados de la serie Miserere. Las obras proceden de instituciones -como la Fundación Rouault, en París- y coleccionistas de Europa y Estados Unidos. En la organización ha participado -la hija del pintor, Isabelle, que es esperada hoy en Madrid para asistir a la inauguración, con una conferencia de Julián Gállego sobre los grandes temas del artista. Los días 5 y 10 deóctubre se completará el ciclo de conferencias con la intervenciones de Stephan Koja y Fernando Castro.

Koja señala que Rouault tenía un "pensamiento educativo" en la concepción de su pintura, entendida como una confesión artística y personal. "Llevo en mi un fondo de dolor", escribió el pintor. Sus grandes temas son los payasos, el mundo del circo, las prostitutas, los suburbios, la figura de Cristo, los artesanos. El montaje de la expositión ha agrupado estos temas -concua dros como Muchacha o saltimbanqui, Pierrot blanco o Ecce Homo, junto a la serie de pequeños formatos de 1913, pensada para un calendario, y las 12 láminas de Miserere, que ocupa su propio espacio. También figuran bodegones y paisajes de intención bíblica.

Tensiones

"El pintor dejó al morir cientos de obras, unas acabadas y otras no, ya que trabajaba sin descanso sobre las mesas. Su familia fue generosa y donó 800 obras al actual Pompidou de su amplia producción. Mezclaba los temas y a través de sus cuadros intentaba ayudar a la gente. Persona muy sensible, participa de las preocupaciones del nuevo siglo al presentar las tensiones sociales, el lado más duro, oscuro y doliente de la vida en un momento de grandes cambios", declara Koja.El responsable de la exposición -abierta hasta el 14 de enero- afirma que la reiteración de los temas en la pintura de Rouault se debe "a la búsqueda de la calidad y perfección de su obra". "En sus primeras obras aparecen las tensiones internas del que sufre al querer entender el mundo y sus cuestiones metafisicas". Koja no sitúa el estilo del pintor ni en el expresionismo ni en el fauvismo. "Es un expresionismo clásico, con sus esquemas, que no se puede comparar con el expresiónismo alemán, que me decorativo".

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