El Rolls, sólo para Catherine Deneuve
ROCÍO GARCÍA, La ocasión lo merecía. El Festival de Cine de San Sebastián sacó por primera vez el Rolls Royce para dar la bienvenida a todo un lujo de actriz, la francesa Catherine Deneuve, que ayer por la noche recibió él premio honorífico creado con motivo del centenario del cine.
El galardón lo recibió de manos de Mabel Karr, la viuda de Fernando Rey, su compañero de reparto en la mítica película de Luis Buñuel Tristana. Su imagen no defrauda para nada sobre lo que uno espera de ella. Vestida toda de negro, sandalias de tacón del mismo color y gafas excesivamente oscuras, y con su melena rubia más larga de lo habitual, Catherine Denueve bajó y saludó al centenar de personas que la esperaban en el exterior del hotel María Cristina educada pero fríamente. Una sensación que irradió de inmediato a los fans, que enseguida compren dieron que los clásicos gritos no estaban he chos para esta señora.
Hubo aplausos cálidos pero no apasionados. Denueve, que permanecerá menos de 48 horas en San Sebastián, presenta hoy su última película, O Convento, del portugués Manoel de Oliveira.
La pasión se dejó para los españoles. A escasos minutos de la llegada de Catherine Denueve, apareció a bordo de un automóvil marca Audi Carmen Maura. Con ella, los fans se dieron cuenta de. que ya se podía gritar, y bien que lo hicieron. Incluso protestaron en alto del porqué de la diferencia de coche con Catherine Deneuve.
"Carmen Maura sí se merece un Rolls", vociferaron. Maura, que hoy presenta a concurso el filme El palomo cojo, de Jaime de Armiñán, se mostró encantada con su personaje. "Hago de una mujer fantástica a la que todo le va bien, maravillosa, y vestida de rojo", dijo Carmen Maura. El resto del equipo artístico de El palomo cojo apareció al instante. María Barranco, Paco Rabal y Zori Tomás desataron juntos y de. manera definitiva las, pasiones. Las fans no tuvieron que rogar nada a Paco Rabal. En cuanto le llamaron, se acercó a firmar autógrafos y posó alegre y encantador ante los fotógrafos.
