Un buen 'thriller' clásico
Por lo que vemos estos días en la selección a concurso las formas del cine clásico no sólo no se abandonan, sino que parecen gozar de una salud exultante. Ayer fue el cineasta negro -afroamericanos les llaman los de la corrección política- Carl Franklin quien dio pruebas de su oficio para hilvanar un sólido y casi brillante thriller étnico, situado en el verano de 1948 con todos los elementos para encandilar al jurado.
Se llama El demonio vestido de azul, está protagonizado por Denzel Washington, y Jennifer Beals y cuenta la historia de un negro que, a diferencia de sus hermanos en aquellos tiempos, tiene plenamente asumido lo de tener casa propia, lo que hace que necesite dinero contante a fin de mes para pagar la hipoteca.
Franklin, que es además el guionista, cuenta la historia con sobriedad, evitando caer en excesos a que ciertos personajes de la trama le podrían llevar -hay uno- apodado Ratón, que es un verdadero hallazgo, entre otras cosas porque su actuación está bien delimitada por el cineasta-, y en general el filme aporta pinceladas precisas sobre la forma de vivir de los negros de entonces, sobre el racismo de aquellos años de bares separados, hoteles sólo para blancos y otras lindezas. El filme funciona, repito sobre todo por su contención y por el conocimiento de Franklin de la economía narrativa que es propia, del género negro, aquí un poco desleída por un didactismó visual un poco primario. Retenga el lector el dato: El demonio vestido de azul huele a palmarés; la solución, el domingo.