Críticas a España por usar y fabricar gases que dañan el ozono
Día Mundial para proteger éste filtro solar
La fabricación de clorofluorocarbonos (CFC) en Vizcaya por la empresa francesa Elf Atochem y el uso masivo de bromuro de metilo como plaguicida en agricultura -principales sustancias que dañan el ozono de la estratosfera- han convertido a España en uno de los principales blancos de las críticas hoy, que se celebra el primer Día Mundial de Protección de la Capa de Ozono. Mientras, aumenta en EE UU y la UE el tráfico ilegal de CFC, cuyo uso y fabricación se prohibió el 1 de enero; y el tamaño del agujero de este filtro de los rayos nocivos del Sol ha alcanzado un nuevo récord en la Antártida
El agujero ya es del tamaño de Europa. De ahí que la comisaria de Medio Ambiente de la UE, Ritt Bjerregaard, haya dicho un lacónico: "Hay poco que celebrar". La comisaria ha pedido controles más estrictos de los hidroclorofluorocarbonos(HCFC, usados como sustitutos de los CFC en refrigeración y aire acondicionado, también dañinos para el ozono); pero desde Bruselas ha lanzado una andanada especial contra el bromuro de mentilo: "EE UU ha propuesto su prohibición para el año 2001, y ya va siendo hora, de que la UE asuma el reto". Esto le afecta especialmente a España, porque figura entre los países que más utilizan este compuesto en su agricultura. Alemania y Holanda ya han prohibido su utilización.
Arturo Gonzalo Aizpiri, director general de Política Ambiental, !e defiende: "Creo injusto hacer una bandera del bromuro de metilo, que tiene un uso muy restringido, y que perjudica a países muy concretos, entre ellos los mediterráneos, cuando hay otros productos tan dañinos para la capa y cuyo uso está mucho más generalizado". España propone reducir la producción en un 25% en 1998, y en un 50% en el 2005. Otros países, como los nórdicos, quieren eliminarlo del todo en el 2001, o por lo menos reducirlo a un 50%. A esta sustancia se le acusa de ser entre un 30% y un 60% más destructiva con el ozono que los CFC.
Pero las críticas apuntan a España no sólo por el bromuro de metilo, sino también por la fábrica de Elf Atochem en el País Vasco -que no es española, sino francesa-, y que se ha convertido en la principal productora de CFC en la UE. Y es que la prohibición de fabricación e importación de CFC que entró en vigor en la UE el 1 de enero tiene resquicios. Gonzalo Aizpiri explica que se pueden seguir fabricando para usos esenciales -inhaladores de enfermedales respiratorias- y par a exportación a países en desarrollo. Por. eso, Elf Atochem puede seguir produciéndolos. Lo que ha hecho esta empresa es cerrar su factoría de CFC en Francia y concentrar su producción -unas 10.000 toneladas este año- en Vizcaya. Greenpeace denuncio ayer Ia complicidad del Gobierno español con Atochem en la destrucción de la capa de ozono".
Mercado negro ruso
El Protocolo de Montreal prevé la desaparición de los CFC, en términos generales, el 1 de enero de 1996. Pero países en desarrollo, y otros como Rusia con economías llamadas de transición, gozan de un plazo de varios años para seguir usándolos. A partir de ahí, se ha desarrollado un preocupante mercado negro. En ese tráfico ilegal, todos ' los dedos apuntan a Rusia y los países del este de Europa. El principal destinatario es Estados Unidos. Hasta el punto de que ya se dice que, tras la cocaína, estos gases se han alzado con el segundo puesto del tráfico ilegal en Míami. El grupo ecologista norteamericano Acción por el Ozono dio a conocer ayer los resultados de su investigación: "Hay un emergente mercado negro en EE UU de hasta 20.000 toneladas de CFC, usados en refrigeración y aire acondicionado".En España, la Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental (CODA) alertó la pasada primavera de que también se estaban introduciendo CFC. La Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Vivienda abrió una investigación, pero no ha hallado nada concreto.
Si la capa de ozono sobre la Antártida se ha debilitado entre un 25% y un 35% respecto a su grosor normal, la del Artico también está seriamente amenazada. La pérdida de esta capa a nivel mundial se calcula en un 10%, lo que implica un ascenso del 15% de los peligrosos rayos ultravioletas que llegan a la Tierra y que inciden en los cánceres de piel y las afecciones oculares.
No todo es negativo. En noviembre se reunirán en Viena los países firmantes del Protocolo de Montreal -ratificado por 150 países- Frente a otros convenios mundiales, éste sí ha dado frutos concretos. Según la ONU, desde que se firmó en 1987 se ha reducido la producción y consumo de CFC un 70%.
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