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"El éxito es algo escurridizo", afirmael director mexicano Alfonso Arau

Rocío García

El éxito es algo escurridizo". Después de cuarenta os en la profesión, el mexicano Alfonso Arau ya conoce lo que es perder y ganar. Como agua para chocolate, la película de habla extranjera que mayor éxito ha alcanzado en Estados Unidos en todos los tiempos, le ha permitido llegar a los grandes estudios de Hollywood y rodar el filme, que ayer inauguró el Festival de San Sebastián. Un paseo por las nubes es, en opinión de su director, un melodrama clásico, alejado del realismo mágico que impregnó Como agua para chocolate.

Alfonso Arau es el más marchoso de todos. Desde su llegada a San Sebastián, no hace más que pedir marcha nocturna. El ex marido de la escritoraTaura Esquivel, autora literaria de Como agua para chocolate, se ha alejado del realismo mágico con el que encandiló al público norteamericano y sobre todo a la industria de Hollywood. Una industria que se puso entonces detrás del proyecto de Un paseo por las nubes, para el que ha contado con actores de la talla de Anthony Quinn, Keanu Reeves, Giancarlo Giannini y la española Aitana Sánchez-Gijón. Hay algo que une a los dos filmes: la presencia de la cocina como centro (te la vida y la familia. ."Nosotros en Latinoamerica no hacemos películas, hacemos milagros, por eso tener la posibiliidad de hacer un filme tras otro es un milagro, una bendición del Gielo. El éxito es muy escurridizo y por eso no me afecta grandemente. Para mí la quinta esencia del éxito está en poder rodar", confiesa Arau, cuya coleta le hace parecer más joven de lo que es.

No cree el cineasta que haya perdido libertad por el hecho de rodar en unos grandes estudios de Hollywood. "Depende de cómo lo vea uno. La libertad total no existe. En Hollywood hay tres fuerzas: el director, el productor y los estudios. El director tiene que manejar estas fuerzas dialécticas y ser capaz de hacer prevalecer su visión. Ese es el reto, hay quien lo logra y hay quien no", afirma Arau, para quien todos los, inconvenientes se salvan por el hecho de tener acceso a unos medios tecnológicos necesarios para la cinematografía actual, a unos grandes actores y a la posibilidad de que su cinematografía se vea en el mundo entero.

Conocedor y consciente del realismo mágico que rodea la literatura latinoamericana y que llevó al cine con Como agua para chocolate, Alfonso Arau ha preferido en esta ocasión el melodrama clásico y realista con un toque de atmósfera mágica. Intencionadamente, el director mexicano ha querido volver a las tradiciones de siempre, a. las que rigen la familia y la tierra. "La sociedad actual, sobre todo las más desarrolladas, están llegando al extremo más materialista y de corrupción. Hay una cierta nostalgia del público por los viejos valores, la familia, la honestidad, las tradiciones" afirmaEl director se defiende de las acusaciones sobre un cierto idealismo o conservadurismo. "Siento que hay tradiciones buenas y malas. La mala, que en el mundo de hoy está en, cuestión, es la vieja estructura patriarcal con un padre rígido, machista, dictatorial que aparece en la película. Pero, por otra parte, contrapongo a la hija y su lucha por superar esa tradición. Un paseo por las, nubes es una vuelta intencional hacia esas tradiciones, ese idealismo en oposición al materialismo".

No podía faltar en su nueva película ese espectáculo de la cocina familiar, en torno a la que se reúne toda la esencia de la vida. "La vida de todos nosotros, sobre todo en la cultura hispana y también en otras. Uno hace su vida a partir del desayuno, la comida y la cena. Las cocinas de Como agua para chocolate y Un paseo por las nubes son absolutamente distintas, una es de ricos y, otra es de pobres, pero es lo mismo, porque sigue siendo la cocina, ese centro de encuentros. El gran drama de la vida moderna es que no hay cocina y por tanto no hay familia. Es el centro de la casa y las mujeres las sacerdotisas, las que rigen el mundo. Las mujeres son más sabias, los hombres sólo sabemos hacer guerras y comer", dice antes de despedirse, intranquilo ya, para ir a comer.

"No me gusto siempre"

Keanu Reeves no se gusta siempre. Así lo reconoció ayer el actor de Mi Idaho privado, Las amistades peligrosas, El pequeño Buda y Speed en una tumultuosa conferencia de prensa. A sus 31 años, Reeves oyó de otro actor, Anthony Quinn, el mayor halago que se puede oír: "Es un joven con mucho talento, no lo quiero decir en inglés para que no me entienda. Cuando tenga 50 años será uno de los mejores actores del mundo". Cuando se tradujo su frase al inglés, Reeves le miró con arrobo."Me resulta interesante cómo uno ya cambiando a lo largo de las películas y pensar cómo lo haría con más experiencia. Pero lo que está claro es que no me gusto siempre cuando me veo en el cine", dijo Keanu Reeves con voz lenta y grave.

Bajista del grupo Dogstar, el actor, nacido en Beirut (Líbano), resaltó que uno de los descubrimientos que ha hecho durante el rodaje de Un paseo por las nubes ha sido el musical. "He conocido los mariachis y las canciones que se cantaban en los descansos y ha sido para mí toda una experiencia cultural ".

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