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El nombre de un cóctel

Hasta hace poco, Barry Gifford recibía parabienes de Francis Coppola por su adaptación de la novela de Jack Kerouac En la carretera. Coppola también le agrade cía mucho haber citado el nombre de Gus van Sant como director de la película. Lo último que se sabe del proyecto es que el bueno de Francis ha decidido suplantar a Van Sant como director y que se va a redactar otro guión que no tendrá mucho que ver con el de Gifford. De nada le ha servido, al parecer, a nuestro hombre ser un gran admirador de Kerouac y haber escrito (a medias con Lawrence Lee el primer libro sobre el glorioso difunto (The paralel lives of Jack Kerouac, 1978, inédito en España). La película, probablemente, se hará. Pero tal vez sea pronto para lanzar las campanas al vuelo y hablar de un regreso triunfa] de la beat generation.

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Si En la carretera llega a convertirse en una película será, eso sí, gracias a la devoción que por ese libro. siente el bueno de Francis desde que lo leyó a los 18 años de edad, en 1957 (año de publicacion, de En la carretera, aunque su redacción sé re monta, a seis años atrás). Gracias al éxito de El padrino en 1972, Coppola soluciona la primera de su larga cadena de ruinas y, entre otras cosas, compra los derechos de En la carretera. Veintitrés años después, a pesar de los líos recién citados, todo parece dispuesto para la kerouacmanía.

Cuando nació, el 12 de marzo de 1922,el autor de Los vagabundos, del Dharma se llamaba Jean-Louis Lebris de Kerouac. Vio la luz en Lowel, una especie de Quebec en la peor zona de Nueva Inglaterra. Tras el preceptivo paso por la marina, acabó en Nueva York, donde conoció a todos ego! personajes que, con el tiempo, han acabado convirtiéndose en parte de la moderna leyenda literaria norteamericana. Gente como Neal Cassidy, Allen Ginsberg o William Burroughs.

Cuando aparece En la carretera, Jack Kerouac pasa de paria a estrella de la literatura en un santiamén. Y la gente empieza a sacar conclusiones sobre el libro que a él no le convencen nada.

La bebida le llevó a la muerte el 21 de octubre de 1969 en la casa de su madre en Florida. Tenía 47 años. El cóctel que lleva su nombre y que se sirve en algunos bares de San Francisco el una mezcla explosiva de tequila, ron, cerveza y ginebra.

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