El presidente chileno quiere una ley que le deje destituir a los generales

El presidente de Chile, Eduardo Frei, en un mensaje transmitido en la noche del lunes por televisión, anunció el envío al Parlamento de tres proyectos de ley destinados a poner fin a la transición a la democracia y a lograr la reconciliación. Uno de ellos busca alcanzar la verdad, aunque no la justicia, en los casos pendientes de derechos humanos. Los otros dos pretenden restituir la facultad presidencial de destituir a los generales (pero no a los comandantes en jefe). Además, buscan reformar la Constitución para suprimir a los senadores designados y modificar la composición de dos órganos creados por la dictadura: el Consejo de Seguridad Nacional y el Tribunal Constitucional.

La evidencia de que la transición democrática en Chile está sin concluir emergió abruptamente hace más de dos meses, cuando la Corte Suprema de Justicia condenó a dos ex jefes de la policía secreta de la dictadura (DINA) -el general retirado Manuel Contreras y el brigadier Pedro Espinosa- a siete y seis años de prisión, respectivamente, por el asesinato del ex ministro socialista Orlando Letelier, cometido en Washington.Desde entonces, y al filo de la legalidad, los militares han apoyado la negativa de Contreras a cumplir su sentencia en la cárcel y presionan al Gobierno para lograr una ley de punto final en los juicios por derechos humanos y el término de un proceso judicial contra un hijo del jefe del Ejército, general Augusto Pinochet.

Aunque lograran esta última petición mediante una intervención del propio Frei, y consiguieran una apertura para discutir el presupuesto militar, el Gobierno y los partidos de centro-izquierda que lo integran rechazan la idea del punto final. El escenario reabrió el debate, que muchos creían ya superado, por los casos de derechos humanos pendientes, lo que amenaza directamente a la estabilidad del sistema.

Con la intervención del lunes son ya tres las comparecencias de Frei por televisión desde la sentencia contra los ex jefes de la DINA. En los días previos, expuso su iniciativa legal en una ronda de reuniones con todos los partidos, los jefes de las Fuerzas Armadas y del poder judicial.

"Nuestro pasado de conflicto", reconoció el presidente, "irrumpió con una pesada carga de temores y resentimientos, produciendo desconcierto y preocupación". En este proceso, los chilenos "han experimentado las limitaciones" que tiene su democracia y advirtieron que "la autoridad presidencial está restringida". Frei hizo un llamamiento a mirar de frente a la realidad: "El país no está plenamente reconciliado, nuestra democracia es imperfecta, el mundo militar y gran parte del mundo civil no han establecido puentes de comunicación".

Reconciliación

Para avanzar en la reconciliación integral del país, Frei anunció el envío al Parlamento de los tres proyectos legislativos y reconoció que ninguna ley puede "dar por terminados de una vez y para siempre procesos de inmensa carga histórica y de profundas resonancias humanas". Sus propuestas, añadió, "son un paso en un largo camino", al que llamó a sumarse al país, pidiendo un debate maduro en el Parlamento.En una apelación poco común en Frei, el presidente chileno dijo que tocará todas las puertas que sean necesarias para lograr un entendimiento. Citando a su padre, que fue presidente de Chile entre 1964 y 1970, afirmó que "no se humilla quien pide por su patria".

El proyecto para esclarecer los casos de los 1.000 detenidos desaparecidos durante el régimen dictatorial de Augusto Pinochet, sin alterar la ley de amnistía dictada por los militares en 1978, pide nombrar jueces especiales con dedicación exclusiva que puedan citar testigos en reserva, sin que sobre éstos recaigan responsabilidades penales. Si en dos años no logran resultados, los juicios serán sobreseídos temporalmente. Al comprometerse para intentar desatar algunos de los principales nudos con que el régimen militar, al retirarse en 1990, dejó maniatados a los gobiernos democráticos, el presidente Frei toma la iniciativa y endosa a la derecha la eventual responsabilidad electoral del rechazo de sus proyectos.

La propuesta de Frei fue acogida favorablemente por los partidos de Gobierno y la derecha democrática, aunque suscitó rechazo por diferentes motivos en la derecha más cercana a los militares y el partido comunista. Para la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Sola Sierra, las iniciativas del presidente son sólo "palabras al viento", si su fórmula no contempla la búsqueda de la verdad plena y la sanción a los culpables de atropellos a los derechos humanos. El general Pinochet, al conocer la propuesta, anticipó su rechazo al decir que "no se puede mezclar aceite con vinagre.

La suerte en el Parlamento de los tres proyectos de ley es incierta, ya que la derecha disfruta de mayoría en el Senado gracias a los miembros de esta Cámara designados durante el Gobierno militar. La estrategia de los partidos del Gobierno consistirá en negociar en forma conjunta las tres iniciativas.

Por otra parte, la Corte de Apelaciones debía resolver ayer sobre la libertad bajo fianza concedida por un juez al dirigente juvenil del partido socialista, Arturo Barrios, acusado de injurias al general Pinochet. Barrios, que está en la cárcel desde el pasado jueves, dijo que "Pinochet, Contreras y sus secuaces son unos asesinos", durante un acto por la memoria del ex presidente Salvador Allende realizado en septiembre del año pasado.