Exploración al borde de un agujero negro
Un reciente descubrimiento ha animado a los astrofísicos a pensar que han encontrado vías prometedoras de explorar la dinámica de los fenómenos cósmicos denominados agujeros negros, sitios donde la materia alcanza tal densidad y la gravedad es tan intensa que ni siquiera la luz puede escapar de ellos y no se ven. Los científicos quieren saber más acerca de las enormes energías y el extraño comportamiento de gas, polvo y estrellas en las peligrosas proximidades de los agujeros negros. Los detectores de rayos X a bordo del satélite científico japonés ASCA acaban de proporcionar la ojeada más de cerca lograda hasta el momento de uno de esos sumideros cósmicos chupando los gases que tiene a su alrededor.Un equipo de europeos y japoneses ha observado emisiones de rayos X en el centro de una galaxia situada a 150 millones de años luz y ha publicado sus resultados en Nature (22 de junio de 1995). Esas emisiones salen de la región más interna del disco de gas y otros materiales que forman un torbellino alrededor de un agujero negro supermasivo. Hasta ahora se habían observado regiones mucho más alejadas de hipotéticos agujeros negros.
La emisión de rayos X procede de gas que está cayendo en espiral hacia el agujero negro, a una velocidad de unos 100.000 kilómetros por hora., un tercio de la velocidad de la luz. Como proceden de una región tan próxima al agujero negro, su longitud de onda está estirada, lo que indica la titánica lucha de esa radiación contra el tirón de la gravedad del agujero. Este efecto de la intensa atracción gravitatoria ejercida sobre los rayos X es una firma característica de un agujero negro, según los modelos teóricos.
Otro equipo acaba de anunciar la observación de chorros de materia, casi a la velocidad de la luz, en las proximidades de una estrella normal en órbita de lo que parece ser un pequeño agujero negro.
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