Un texto de Vargas Llosa pone fin a los exámenes de selectividad
El lenguaje proverbial, los sustantivos derivados, las lenguas de España en la actualidad o el significado de la palabra "ficción" fueron algunas de las preguntas del examen de lengua y comentario de texto, que ayer puso fin a la selectividad. Este año no hubo polémica -a diferencia del anterior- con el escrito que se debía analizar (entonces fue un artículo periodístico contra Felipe González, y una de las preguntas se refería a la palabra "pueclana", gentilicio que no figura en el Diccionario de la Real Academia). Esta vez, el comentario se debía referir a un texto de Vargas Llosa.
El escritor peruano recogió hace tres meses el Premio Cervantes en la Universidad de Alcalá, precisamente a pocos metros de donde ayer 3.488 alumnos analizaron un extracto de su obra La verdad de las mentiras, informa Arantxa G. de Sola.
A los estudiantes alcalaínos les hacía gracia que les hubiese tocado en la prueba. Algunos habían visto al escritor en el concierto que le dedicó el cantante Carlos Cano el día antes de recoger el premio; otros le habían dedicado un poco más de tiempo en clase por ser el Premio Cervantes.
En el resto de las universidades también festejaron el acierto de este examen y el final de las pruebas de selectividad, informa Víctor Saornil. "Es para nota", decía Jorge, de ciencias, en la Universidad Autónoma. "Ha sido un buen final", aseguraba Rosa, de letras, que con esta prueba esperaba compensar el amargo sabor que le dejó la prueba de. filosofía. En el campus de Cantoblanco sólo se oía hablar de Mario Vargas Llosa, el protagonista de la jornada de ayer. "Estaba tirado porque pensábamos que iba a tocar un texto mucho más difícil, pero estaba tirado. Y las preguntas, muy sencillas", decía Marcos, otro alumno de ciencias relajado ya después de tres días de exámenes.
Por otra parte, la Universidad Complutense de Madrid ha despedido, por falta de presupuesto para hacer frente a las nóminas, a un grupo de 40 auxiliares de biblioteca. "El que menos, llevaba trabajando en la Universidad cinco años; el que más, 10", explicó ayer Cecilia Gallego, una de las bibliotecarias afectada y portavoz del colectivo. "Hemos hablado con el vicegerente de la Complutense, Rafael Mateos, y nos ha dicho que no hay presupuesto", prosigue la bibliotecaria que se queda se trabajo.
Gallego cuenta que ayer fue, en compañía de unos cuantos compañeros, a recoger el finiquito y que intentaron hablar con Gustavo Villapalos, que hoy dimite como rector de la Complutense para ocuparse de la Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid. "Nos dijeron que era imposible verle", aclara la bibliotecaria. "No sé cómo se las van a arreglar cuando llegue el mes de septiembre y se vean sin personal en la biblioteca", se pregunta Cecilia Gallego.
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