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"No podemos arriesgarnos a que le maten"

Armando Sarmiento Mantilla, jefe de los fiscales sin rostro, reconoce ahora que uno de sus máximas preocupaciones es conseguir que el número uno del narcotráfico de cocaína viva para ser juzgado. "Yo me le vi tranquilo a Gilberto, aunque preocupado por su familia y su soledad. Me dijo: 'Doctor, le juro solemnemente que mis hijos no son delincuentes. A mis hijos que no me los persigan'. Pero yo no me comprometí a nada. De hecho, hay abiertos procedimientos contra tres de ellos y una de sus mujeres por enriquecimiento ilícito. Me pareció un gran padre de familia. También me pidió: 'Doctor, no me dejen solo, sin gente en las celdas vecinas [nueve de ellas fueron vaciadas en cuanto le detuvieron]. Yo le tengo mucho miedo a la soledad, pero no temo que atenten contra mi vida. No tengo enemigos'. Yo le contesté: 'Todos tenemos enemigos, pero no se preocupe que no le dejaremos solo'. No podemos arriesgamos a que le maten. Por eso, el director de la cárcel le escogerá con mucho cuidado vecinos que no sean peligrosos. También dejaremos que sigan visitándole sus abogados y sus familiares. La ley colombiana, que concede múltiples garantías a los detenidos, prohíbe la incomunicación. 'Lo que no tendrá usted es trato de privilegio ni cárcel de lujo como Pablo Escobar'. El tampoco la pide. 'Sólo garantíceme la dignidad, doctor, no le pido más'. Eso me dijo. Él quiere ir a la cárcel de máxima seguridad de Palmira, cerca de Cali. Pero eso ya se verá".

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