González teme que la presidencia de España esté cargada temas pendientes
Felipe González teme que la presidencia española de la Unión Europea, a partir del próximo 1 de julio, esté demasiado sobrecargada. Tras dos presidencias, la alemana y la francesa, de poca efectividad a causa de largos procesos electorales internos, han quedado muchas asignaturas pendientes. "Los otros 14 países esperan que, en el segundo semestre de este año, España de un empujón a la construcción europea", dijo anoche el presidente del Gobierno español, en una rueda de prensa posterior a la minicumbre de París. "Mi único temor", añadió, "es que, entre los que nos correspondían de antemano y los que heredamos de las anteriores presidencias, haya que ocuparse de demasiados temas. Además, sólo contamos con cinco meses, ya que agosto no cuenta a efectos prácticos".González confía en que en la cumbre de Cannes, los próximos 26 y 27 de junio, queden cerrados al menos el acuerdo pesquero con Marruecos, la creación de Europol y el paquete de precios agrarios. "La cuestión pesquera con Marruecos es urgente", explicó, "y asistimos a un enconamiento recíproco por parte de ambas opiniones públicas. No sé si las negociaciones durarán hasta la presidencia española. En cuanto a la Europol, me gustaría que quedara resuelta en Cannes, pero temo que nos puedan quedar los flecos más complicados". Sobre la creación de la red policial de la UE antes de final de junio, el presidente de la Comisión, Jacques Santer, se mostró ayer pesimista, al señalar que subsistían serios desacuerdos entre Alemania, Francia y el Reino Unido.Reforma de Maastricht
El presidente del Gobierno comentó que las grandes tareas para el segundo semestre de este año serían "encauzar la reflexión sobre la conferencia intergubernamental de 1996 para la reforma del Tratado de Maastricht, preparar el Libro Blanco sobre competitividad y empleo en la UE, definir una nueva relación económica euroatlántica entre la UE y EE UU y, muy especialmente, llevar a buen término la Conferencia Euromediterránea de Barcelona". Expresó su confianza en el apoyo del PP a la presidencia española.
González se mostró muy satisfecho por la actitud del nuevo presidente francés, Jacques Chirac, en cuyos planteamientos no percibió la menor intención de interrumpir la línea establecida por François Mitterrand: "Chirac me ha parecido muy decidido a proseguir con la construcción europea. Es más, creo que todos los Gobiernos empiezan a constatar que, para alcanzar la Unión Económica y Monetaria, hará falta avanzar simultáneamente en la integración política".
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