El compromiso de una misión desesperada
Carl Bildt, de 45 años, es el símbolo de la autoridad política a la sueca y en su calidad de Primer ministro fue quien decidió enviar cascos azules suecos a la antigua Yugoslavia. El ex primer ministro conservador ya manifestó el martes que estaba dispuesto tomar el relevo de David Owen como mediador de la Unión Europea en Bosnia: "Se trata de una misión a la vez halagadora y desesperada", escribió. "Cuando se está comprometido, hay que estar dispuesto a asumir las consecuencias de ese compromiso".De carácter autoritario, Bildt gusta del "combate político" y las causas difíciles, para lo que ningún palenque mejor que el de los Balcanes. En la política sueca tuvo una carrera meteórica: a los 24 años era jefe de la federación de los estudiantes conservadores, a los 37 fue elegido líder del partido y a los 41 llegó a la jefatura del Gobierno, lo que le convirtió en uno de los primeros ministros más jóvenes de la historia sueca. El próximo mes cumplirá 46 años, pero aún conserva un rostro juvenil al que las gafas dan aire de niño bueno. Pero sabe batirse y prodiga una arrogancia que en no pocas ocasiones choca a los suecos.
Bildt, nacido en Halmstad, en el sur de Suecia, estudió Políticas en Estocolmo y se especializó en defensa y política exterior. Es un europeísta convencido -tanto que fue uno de los grandes impulsores de la entrada de Suecia en la UE, rompiendo así una secular tradición de neutralidad- y habla perfectamente inglés y alemán.
Casado con Mia, hija del ex líder conservador Gösta Boliman, el matrimonio tiene dos hijos que Carl Bildt verá a partir de ahora con menos frecuencia. Él desea conservar la jefatura del partido conservador a pesar de tener que sentar de inmediato plaza en el despacho que Owen dejará en Ginebra y gusta de repetir: "No hay ángeles en las guerras".
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