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Amnistía pide a China que abra una investigación imparcial sobre la matanza de civiles en Tiananmen

A tres días del sexto aniversario de la matanza de Tiananmen, Amnistía Internacional (AI) hizo público ayer un informe en el que pide a las autoridades de Pekín que abran una investigación pública e imparcial sobre la muerte entonces a manos del Ejército de manifestantes civiles, así como que lleve ante la justicia los responsables de violaciones de los derechos humanos.Entre las recomendaciones figura la petición de que todos los presos de conciencia sean liberados y de que se revisen los procesos del resto de encarcelados por motivos políticos, con nuevos juicios en los que se les concedan todas las garantías con "niveles internacionales". También se solicita la revisión de la legislación que permite encarcelar a condenados por motivos políticos, incluidas las estipulaciones sobre 'delitos contrarrevolucionarios" contenidas en el Código Penal.

En el texto se solicita asimismo la revisión de todas las leyes que permiten las detenciones admistrativas, sin acusación o juicio, de disidentes políticos. AI pide salvaguardias efectivas que permitan evitar las torturas o los malos tratos y que se cree un mecanismo para que se investiguen de forma imparcial las denuncias en este sentido. Finalmente, se solicita la suspensión de todas las ejecuciones, la conmutación de las sentencias a muerte y la revisión de la legislación que las permite, en línea con la tendencia reciente en todo el mundo hacia la abolición de la pena capital.

El informe de Amnistía asegura que las recientes detenciones de disidentes en vísperas del aniversario de la matanza de Tiananmen constituyen tan sólo a última fase de un proceso de reciente represión desarrollado a lo largo del último año. "Las autoridades chinas", señala, "intentan liquidar cualquier actividad percibida como una amenaza al orden político establecido".

Detenciones

Las peticiones de aclaración sobre los sucesos de junio de 1989 y de tolerancia de la disidencia han conducido en mayo a nuevas detenciones y desapariciones, dice Al. Entre las víctimas se cita a miembros de la Asociación pro Derechos Humanos, con base en Shanghai, de quienes intentaban crear la Liga para la Protección de los Derechos del Pueblo Trabajador, o de integrantes de grupos religiosos que se negaron a integrarse en las Iglesias oficiales.Mientras se sigue diciendo que "no hay presos políticos en China", afirma el texto, las protestas de 1989 se definen aún como "revuelta contrarrevolucionaria". Algunos condenados siguen cumpliendo largas penas de prisión, como Tan Yuanjuan, sentenciado a 20 años por organizar supuestamente un pequeño grupo de discusión con amigos y una marcha de protesta tras los sucesos.

Por otra parte, Zhao Ziyang, jefe del Partido Comunista Chino durante los sucesos de Tiananmen, destituido tras la intervención militar que acabó con el movimiento prodemocrático, está irritado por el hecho de que, seis años después, siga sometido a una estricta guardia policial en su domicilio de Pekín y tenga aún drásticamente limitados sus movimientos, según fuentes no identificadas que cita la agencia Reuter. "Es un error del partido que se siga tratando como a un elemento inestable y peligroso", ha declarado Zhao recientemente. "Sigo siendo un miembro del partido y un ciudadano cumplidor de las leyes".

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El último viaje de Zhao fuera de Pekín se produjo a finales de mayo, y tuvo como destino la provincia de Anhui. Era la cuarta vez que abandonaba la capital china en los últimos seis años. En abril solicitó permiso para asistir al funeral del veterano dirigente comunista Chen Yun, pero se le, negó, según las fuentes.

Zhao desapareció de la vida pública después del 19 de mayo de 1989, cuando visitó a los estudiantes que ocupaban la plaza pequinesa de Tiananmen, con lágrimas en los ojos, para pedirles que cediesen en su desafío. Al día siguiente, la línea dura se impuso. El 3 y el 4 de junio siguientes, tropas apoyadas por carros de combate irrumpieron en la ciudad, reconquistaron la plaza y suprimieron la protesta a sangre y fuego. Hubo centenares de muertos. Nunca se ha sabido con exactitud cuántos.

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