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"¡Lenin, Stalin, victoria!"

La manifestación convocada ayer por 26 organizaciones de oposición para festejar la victoria sobre la Alemania nazi reunió a decenas de miles de personas, que marcharon por el centro de Moscú enarbolando banderas rojas de la desaparecida URSS, cantando canciones patrióticas de la época de la guerra y gritando lemas contra el actual régimen. Iósif Stalin, el jefe comunista que estuvo a la cabeza del Estado soviético durante la II Guerra Mundial y que ha sido el gran olvidado de los festejos oficiales, fue el héroe indiscutido de esta manifestación popular."Nuestra manifestación demuestra que el Gobierno es impotente cuando nos unimos todos, que no puede prohibirnos nada. Este no es un país libre, pero hoy hemos conquistado un día de libertad", declaró a EL PAÍS Stanislav Térejov, líder de la Unión de Oficiales, quien después del cañoneo del Parlamento, ordenado por el presidente Borís Yeltsin en otoño de 1993, estuvo en la cárcel de Lefórtovo con otros dirigentes de la oposición.

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A la cabeza de la manifestación iba un grupo de generales, entre los que estaban Valentín Varénnikov -comandante de las tropas de tierra durante el intento de golpe de Estado de 1991 y el único de los golpistas que no aceptó la amnistía, que obligó a continuar el juicio contra él y del que fue absuelto-; Vladislav Achálov, ex viceministro de Defensa, y Albert Makashov, que en otoño de 1993 encabezó a las masas que se dirigieron a la televisión de Ostántiko, episodio aquel que terminó en una auténtica matanza de los sublevados.

Banderas comunistas

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En las columnas de manifestantes predominaban las banderas rojas comunistas y de la URSS, pero también había emblemas y pancartas de los nacionalistas locales -"Somos rusos. Por eso Dios está con nosotros"-. En algunas pancartas se podían leer lemas antijudíos, pero la mayoría consistía en insultos a los actuales gobernantes o en consignas de la época comunista, como: "Todo el poder para los sóv¡ets". Y por doquier se alzaban retratos de Stalin con los que la gente había improvisado carteles. "¡Lenin, Stalin, victoria!", era la consigna más popular que gritaban estos manifestantes, nostálgicos de la pasada grandeza de la URSS.

"¡Stalin otéts, Yeltsin podléts! " ("Stalin es el padre, Yeltsin el canalla"% gritaban enardecidos los que marchaban en la columna de Rusia Obrera. Esta idea fue repetida en el mitin que se celebró en la plaza Lubianka, frente a la sede del Servicio de Seguridad Nacional, el antiguo KGB, y un orador llegó a decir desde la improvisada tribuna que "el yeltsinismo es el fascismo de nuestra época".

La manifestación de ayer es el primer acto en el que la oposición actúa unida. Incluso el Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajo, las principales organizaciones de izquierda celebraron mítines aparte y a distintas horas.

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