Alumnos españoles y alemanes estudian juntos la obra de Velázquez y Picasso
Desde la configuración de la Unión Europea, los responsables de las áreas educativas no han cesado de repetir que uno de los objetivos para el próximo milenio es lograr una educación intercultural que procure esa difusa construcción de ciudadanos europeos, Pues bien, de entre todas las iniciativas puestas en marcha con tal fin, una sobresale del resto: Lingua, un programa de intercambio, entre escolares ideado por el Consejo de Europa.Los centros educativos de los distintos países miembros confeccionan cada año proyectos, que concursan para una beca del Consejo. Este año, el instituto madrileño de bachillerato Dámaso Alonso ha logrado sus expectativas para ejecutar un proyecto de intercambio con Alemania, cuya característica más novedosa, quizá, consiste en la materia de estudio elegida: el arte.
Victoria Arenal, profesora de dibujo en este instituto, tuvo la ocurrente idea de plantear un proyecto en el cual los protagonistas pasivos serían cuatro pintores, dos españoles y dos alemanes, y los protagonistas activos, 28 estudiantes de secundaria de ambas nacionalidades que debían emular con los pinceles a Velázquez, Picasso, Friedrich y Baselitz.
"Las meninas'
La idea n o sólo interesó a los responsables europeos, si no incluso a los responsables del Museo Nacional de Arte Contemporáneo Reina Sofía, que abrió sus puertas para estos jóvenes en los primeros días de abril para que estudiasen in situ la colección permanente y sobre todo, Las meninas de Picasso, la obra elegida en el caso de los dos pintores españoles.
"Los objetivos del proyecto son diversos", señala la jefa de estudios del Dámaso Alonso, Carmen Martí Fabra: "Por un lado, se trata de que los alumnos mejoren sus conocimientos de ambos idiomas y al mismo tiempo que convivan en ciudades distintas con costumbres y modos de vida diferentes. Creemos que este proyecto reúne unas peculiaridades fuera de lo común, porque nos hemos planteado un trabajo artístico, algo que siempre resulta gratificante para la mayoría de las personas, sobre todo si son jóvenes".
Desde luego, el ambiente que se respira en el taller donde trabajan codo a codo los 28 jóvenes puede calificarse de cualquier modo, menos de aburrido. Entre la amalgama de colores, pinceles, batas, papel de periódico y música es difícil distinguir quién es el de casa y quién el visitante. A no ser porque, incluso detrás de las pinceladas que siempre van a parar a las mejillas escapadas de las paletas, todavía pueden adivinarse unos brillante ojos azules y unos rostros lechosos y sonrojados. No hay duda, son los alemanes.
Walter Mensing, profesor de arte, y Josef Mang, profesor de economía, historia y castellano, son los responsables del grupo de alumnos de la Kaufmánnische Schulen Offenburg, un centro especializado en estudios de economía. Para ambos, la idea de pasar dos semanas en España dedicados al estudio de Velázquez y Picasso resultó extraordinaria, en el sentido literal del término. "Nos dimos cuenta de que era una ocasión única para conocer a dos de los mejores pintores de la historia del arte universal; además, una espléndida oportunidad para que nuestros estudiantes incorporaran una materia tan distinta de sus estudios de economía". Al entusiasmo de estos docentes viene a sumarse la opinión de Victoria Arenal, profesora de dibujo y auténtica artífice del proyecto: "Conozco un poco el centro alemán y pensé que un proyecto relacionado con la pintura nos permitiría averiguar muchas cosas, no sólo respecto del arte, sino acerca de los alumnos, a quienes vemos todos los días, pero de los que no sabemos cómo reaccionan ante una propuesta que no les exige otra cosa que ser creativos. Esto suele ser a veces más complicado que los ejercicios reglados a los que están acostumbrados".
La respuesta de estos jóvenes ha sido tan variada como distintas las personalidades. Enfrentados a Las meninas de Velázquez y de Picasso, los jóvenes artistas han ido construyendo su particularísima interpretación. Curiosamente, según Victoria Arenal, los alemanes se han atrevido menos a crear que los españoles. "Es curioso, tal vez porque los alemanes no conocían las obras, pero lo cierto es que los españoles han investigado más con colores y cambiado a su antojo, mientras que los alemanes han sido más fieles en la reproducción, más formalistas". Ellos, entretanto, andan perfilando sus picassos y sus velázquez. Hay diferencias, por supuesto, pero viéndolos trabajar juntos, intercambiando música, vestidos de forma semejante, conversando..., uno piensa que' está siendo testigo de un auténtico camino hacia el mestizaje.
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