Como el Guadiana
El Consejo General de Médicos emprendió hace años una acción firme contra las clínicas Figurama, especializadas en obesidad, con más de 200 centros repartidos por España, abriendo un expediente a su director, José María Acebal de Utrilla. Las clínicas se cerraron, pero el mismo Acebal reaparece años después como titular del centro madrileño de Gran Vía, 60, recién clausurado por importantes irregularidades. Es el ejemplo de un fenómeno observado en varias comunidades en las que las clínicas clandestinas, como el Guadiana, desaparecen y aparecen con otro nombre distinto.Las 37 denuncias de Madrid movieron a la comunidad autónoma en el pasado mes de noviembre a abrir un programa de inspecciones que está haciendo estragos en el sector.: dos cierres (Alpha Quirúrgica y el centro de Gran Vía de la Sociedad Española de Nutrición y Estética, que trabaja con el método de Medical Aesthetic) y expedientes abiertos a 59 clínicas.
Las irregularidades más frecuentes son deficiencias en el aislamiento de los quirófanos, falta de montacamillas y mecanismos para evacuar a los pacientes, ausencia de cirujanos plásticos y anestesistas titulados, publicidad engañosa e información deficiente sobre los riesgos.
Pero la perseverancia de los responsables de estos centros por seguir ofreciendo sus servicios, al menos la consulta, ya que los quirófanos están precintados, según insiste el Gobierno autónomo parece estar a prueba de inspecciones. Siguen publicándose anuncios de Medical Aesthetic. Dos redactoras pidieron cita por teléfono. Una fue convocada para mañana en el barrio de Salamanca; la otra tiene cita para el martes en Gran Vía.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.