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Navarra reclama los restos de doña Blanca

Fueron descubiertos en octubre pasado en Santa María la Real de Nieva, en Segovia

El Gobierno navarro solicitará a la Junta de Castilla y León, una vez plenamente identificados, el traslado a esa comunidad autónoma de los restos de la reina Blanca de Navarra, descubiertos el pasado año en la iglesia de Santa María la Real de Nieva en Segovia. Una vez finalizados los estudios antropológicos del profesor José Manuel Reverte Coma, de la Universidad Complutense de Madrid, se está a la espera de conocer los resultados de las pruebas de ADN que se están desarrollando en la Universidad de Navarra gracias a la cesión por parte de la Generalitat de una pequeña muestra de los restos del príncipe de Viana, hijo de doña Blanca, que se encuentran enterrados en la localidad catalana de Poblet

Por lo que se refiere a la investigación documental, los estudios últimamente llevados a cabo por la ex alcaldesa de Santa María la Real de Nieva y letrada de las Cortes castellano-leonesas, Carmen Muñoz García, demuestran que los restos descubiertos pertenecen a la esposa de Juan II de Navarra. El próximo miércoles, a las diez y media de la mañana, los hasta ahora pretendidos restos de Blanca de Navarra volverán al lugar donde han reposado, durante más de 500 años.El titular de la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, Carlos de la Casa, manifestó en Valladolid que "los restos arqueológicos encontrados en esta comunidad no saldrán de Castilla y León". La petición de traslado de los restos humanos se cursará, según el consejero de Cultura del Gobierno navarro, Jesús Javier Marcotegui, "cortésmente y apelando a la sensibilidad de Castilla y León, pero siempre en base al consenso entre ambos gobiernos autónomos". La reclamación del Gobierno de Navarra está basada en el testamento de doña Blanca, que pide ser sepultada a su muerte en la iglesia de Santa María de Ujué, en Navarra.Un azulejo desprendido

El descubrimiento de los restos mortales de Blanca I, madre del príncipe de Viana y esposa de Juan II, se produjo el pasado mes de octubre en la iglesia parroquial de Santa María la Real de Nieva. Un albañil que efectuaba unas remodelaciones para adaptar el presbiterio de la iglesia a las disposiciones del Vaticano II desprendió unos azulejos de la época de Carlos III. Esas losas recubrían hasta una cierta altura la pared del presbiterio en el muro que separa la capilla mayor con la de la consolación, en el que las crónicas situaban la sepultura de Blanca de Navarra.

Al desprenderse los azulejos apareció un arco ojival de sillería en cuyo intradós se podía observar la bóveda azul estrellada con la que se identifica en las crónicas de Yudami y Monjaraz la sepultura de esta reina, nacida en 1424 y fallecida en 1464, que reunió los territorios navarros de aquende y allende del Pirineo. (Navarra española y francesa) y cuya muerte fue la causa remota de la unidad de España.

El estudio documental realizado por Carmen Muñoz se basó en dos ejes fundamentales: que la orden de traslado de los restos de doña Blanca a Navarra no se dio en el ejercicio del poder real por su hija Leonor de Navarra, sino en una disposición testamentaria que no se cumplió dada la minoría de edad de sus sucesores y las circunstancias políticas de la época.Derecho de Patronato

La investigación de Carmen Muñoz también aclara que en la capilla donde fue enterrada Blanca de Navarra existe un Derecho de Patronato en base al cual solamente los reyes de Castilla (por ser patronos) podían autorizar los entierros y exhumaciones de los miembros de la familia real sepultados en ella; autorización que ni se dio ni consta en documento alguno.

El descubrimiento de los restos de Blanca de Navarra desató hace meses una encendida polémica en Segovia por la forma en que se recuperaron y en cómo se trataron desde ese mismo momento. Según los vecinos de Santa María la Real de Nieva, el descubrimiento no fue comunicado oficialmente al Ayuntamiento e incluso "se amenazó desde la Junta a los descubridores con incoarles un expediente por la forma en que se había llevado a cabo la recuperación, para inmediatamente después llevarse los restos sin dar cuenta pública ni adónde ni para qué y dejando que se desataran todo tipo de rumores sobre el destino que se les iba a dar".

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