La decisión no compete al Congreso, según Jordi Pujol

Jordi Pujol manifestó ayer su convencimiento de que los archivos volverán a Cataluña y negó que el Gobierno le haya hecho llegar alguna propuesta para condicionar la devolución. Pujol afirmó que se trata de una decisión del Gobierno y no del Parlamento -"¿qué han de estudiar?", se preguntó en relación a los diputados-."El pueblo español y el de Salamanca en particular deben comprender" las razones de justicia que amparan la devolución del archivo, señaló. A quienes quieren politizar el debate les dijo: "Esta no es forma de cimentar la colaboración entre los pueblos de España". Pujol tuvo mucho interés en dirigirse a los habitantes de Castilla y León -lo explicó por dos veces, una en catalán y otra en castellano- para hacer comprender la petición.

Pujol comparó este caso con el retorno del Gernika, con la devolución de unos cuadros de la Generalitat en manos del Gobierno argentino y con la devolución de locales incautados a partidos y sindicatos: "!Esto se hizo y a todo el mundo les pareció bien".

El presidente de la Generalitat, en un tono muy mesurado, recordó que la Generalitat instaurada en 1931 produjo hasta su disolución por el franquismo una serie de documentos internos -desde actas hasta presupuestos y correspondencia de los presidentes Macià y Companys, "que forman parte de la historia íntima de la Generalitat"- que fueron incautados por derecho de conquista. También se repartió su patrimonio: el Palau de la Generalitat se entregó a la Diputación, que lo devolvió.

"No es una agresión ni una ofensa a nadie", dijo Pujol. "No culpamos [de lo ocurido en 1939] a nadie de los actuales, pero podemos demostrar que eso es nuestro". El historiador Paul Preston criticó ayer el funcionamiento del archivo y apoyó el derecho de la Generalitat, "del PSOE y del Gobierno vasco" a la devolución. "El archivo no tiene más coherencia que ser un botín de guerra".