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GUERRA EN EL CÁUCASO

Crecen las presiones exteriores sobre Yeltsin para que pacte una salida pacífica en Chechenia

El canciller alemán, Helmut Kohl, telefoneó ayer al presidente ruso, Borís Yeltsin, para transmitirle la creciente preocupación de los Gobiernos europeos por los violentos métodos que Moscú está utilizando para solucionar la crisis en Chechenia. Kohl instó a Yeltsin, con quien mantiene vínculos de amistad personal, a que negocie con los rebeldes chechenos una solución pacífica que frene el "baño de sangre" en el Cáucaso. "La Unión Europea transmitió su indignación. por la escalada bélica con una medida económica: la paralización de la firma de un acuerdo comercial que se cerró con Rusia el pasado mes de junio y que, en la práctica, equivale a un desarme arancelario para los intercambios comerciales que realizan ambos bloques.

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Kohl ha instado a Yeltsin a buscar una solución negociada a la crisis, "que termine con el baño de sangre". Kohl, que mantuvo una "detallada conversación telefónica" con Yeltsin el pasado miércoles, aseguró que Bonn está "profundamente preocupado por el sufrimiento y el número de víctimas causados por los enfrentamientos entre la población civil".El canciller alemán, según un comunicado, mostró a Yeltsin su "profunda preocupación por la desproporción de los medios usados". "Los enfrentamientos han superado la proporción de los medios", aseguró Kohl. El Gobierno alemán ha reiterado que sigue considerando la crisis de Chechenia como un "asunto interno de Rusia", pero ha decidido abandonar su silencio e invita "al liderazgo ruso y al Parlamento a negociar una solución". El canciller también ha manifestado su apoyo a la decisión de Yeltsin de suspender los bombardeos sobre Grozni y aseguró que "lo importante es que continúe el proceso de reformas de Rusia en su propio interés y en el nuestro".

El ministro alemán de Finanzas, Theo Waigel, aliado de Kohl dentro del Gobierno de Bonn, ha manifestado que "el canciller está haciendo todo lo humanamente posible" para ejercer una influencia moderada sobre Rusia.

Francia, como presidente de turno de la Unión Europea, y Alemania, como principal aliado occidental, primer socio comercial de Rusia y más generoso donante de Moscú, lideran las críticas y recomendaciones que, desde Europa, se están haciendo llegar al Kremlin por su actuación en el conflicto del Cáucaso.

Alain Lamassoure, el ministro francés para Asuntos Europeos, sumó ayer sus críticas a las vertidas el miércoles por el titular de Exteriores, Alain Juppé. "Los líderes rusos deben entender que atacar a la población civil con aviones y tanques cuando el equilibrio de fuerzas es de 100 a uno no forma parte del modelo democrático europeo", afirmó Lamassoure. En todo caso, reiteró que "Rusia es un Estado soberano y tiene todo el derecho para defender su integridad territorial cuando se ve amenazada por una rebelión armada".

Tras la llamada telefónica de Kohl a Yeltsin, el titular de Exteriores alemán, Klaus Kinkel, anunció que Moscú aceptaba una entrevista, que se celebró en la tarde de ayer, con una delegación de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) en la que se analizaría la guerra del Cáucaso. Kinkel adelantó que Moscú aceptaría el envío de una misión de observadores de la OSCE a la zona en conflicto. Horas después, fuentes diplomáticas de Moscú confirmaron que darían luz verde a 'esa misión, que se trasladará a la zona en conflicto la próxima. semana.

Por su arte el secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, que se entrevistará el próximo día 17 en Ginebra con su homólogo ruso, Andréi Kozirev, dijo ayer que EE UU está muy preocupado con la, situación de descontrol de la crisis chechena, pero reiteró la oposición de Washington a la independencia de la pequeña república del Cáucaso.

. Las autoridades rusas denegaron ayer la autorización a una misión de cuatro observadores del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para que se desplacen desde Moscú hacia Ingushetia, donde ACNUR pretende situar su base de operaciones para la guerra del Cáucaso. Moscú tampoco ha concedido aún los visados a los tres miembros de ACNUR que esperan en Ginebra autorización para entrar en la zona.

Ayuda humanitaria

La Cruz Roja con base en Turquía envió ayer, en un avión militar turco, 11 toneladas de ayuda humanitaria a Chechenia. En Estambul, un grupo de presuntos, integristas islámicos que no fue identificado lanzó tres bombas incendiarias contra el jardín del consulado de Rusia. Nadie resultó herido, según anunció la televisión estatal turca.

En Moscú, el canal independiente de televisión NTV difundió ayer que Yeltsin prepara varios decretos para destituir al viceprimer ministro Serguéi Shajrái, y al presidente de la radio y televisión estatales, Oleg Poptsos. La noticia se produjo en medio de rumores recogidos por la cadena de televisión norteamericana NBC de que la crisis chechena puede terminar en un golpe de Estado en Rusia.

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