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Menem anuncia que los antecedentes por torturas no se tendrán en cuenta para los ascensos militares

Juan Jesús Aznárez

Contrariado por la negativa de la Comisión de Acuerdos del Senado a ratificar el ascenso de dos marinos que admitieron la práctica de torturas en los calabozos de la dictadura militar argentina, el presidente de Argentina, Carlos Menem, anunció que en el futuro su Gobierno no analizará los antecedentes de aquellos mandos propuestos para la promoción. Muy a su pesar, y posiblemente de la mayoría de sus compatriotas, se reanudó estos días la polémica sobre el horror y la mala conciencia. El Gobierno trabaja para que sea breve."Tal vez se equivocaron (...). Pudieron no haber dicho nada". El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Mario Cándido Díaz, resumía así el criterio de los cuarteles sobre el testimonio de los capitanes de fragata Antonio Pernías y Juan Carlos Rolón. El presidente advirtió a la prensa que ya estaba bien, que no estaba dispuesto ni convenía al país ocuparse, una y otra vez, sobre un asunto que creyó superado y cuya permanente evocación dificultará la reconciliación de los argentinos.

"Para el poder ejecutivo la guerra subversiva es cosa juzgada. Ya lo dije: Punto final. Obediencia debida, sentencias dictadas e indulto". El gobernante, encarcelado cinco años durante aquella terrible secuencia de la historia nacional, restaba importancia a la admisión de culpa de los dos capitanes, concretamente la de Pernías, primera de un miembro de las Fuerzas Armadas. "El tormento fue una herramienta", declaró ante los senadores.

"Yo fui un torturado"

"Pero, escúcheme, ¿quién no sabe que hubo torturas? Yo fui uno de los torturados y ustedes lo saben, pero no puedo estar a cada rato con el mismo tema, me parece absurdo". Carlos Menem denunciaba también a quienes exigen justicia y "se lo pasaron muy bien durante la dictadura militar". "Si empezamos así deberemos volver a investigar a mucha gente". "Les quiero hacer una referencia, aunque el almirante [Enrique Molina Pico, jefe de la Armada] no me autorizó", agregó en otro momento. "Una cuñada de él despareció en la ESMA [Escuela de Mecánica de la Armada]".Las declaraciones sobre la denegación de los ascensos, que coincide con un próximo viaje de las Madres de Mayo a Europa para tratar sobre los desaparecidos, han sido frecuentes, pero una destaca por la desfachatez del pronunciamiento. El capitán de ingenieros y dirigente liberal Álvaro Alsogaray, debilitado ideólogo de un conservadurismo en declive, fue más audaz que la propia Marina, enfurecida de puertas adentro, pero obediente. Alsogaray, en contra de la versión taquigráfica de lo escuchado en el Senado, negó que durante el régimen militar se hubieran aplicado torturas. "Las declaraciones de los marinos fueron mal interpretadas porque ellos no lo admitieron en ningún momento".

En un programa de Radio Mitre, rechazó un careo con Graciela Daleo, quien señaló a Pernías. "Rolón, no; el teniente Pernías me aplicó la picana eléctrica, me golpeó y me sometió a simulacros de fusilamiento". "Ingeniero, es muy concreto lo que dice la señorita Daleo, ¿usted no la cree?", preguntó el periodista. "Yo, no", respondió Alsogaray; "tengo 35 años de trayectoria y no estoy dispuesto a darles tribuna a personas que están en el otro bando, el del socialismo".

La Marina emitió un comunicado en el que subraya que la negación de apoyo legislativo a los oficiales propuestos para un nuevo grado "no cambia el juicio sobre sus calidades de hombres de bien, oportunamente consideradas por la Armada al pedir sus ascensos". La institución acata la decisión "para contribuir al clima de pacificación y de respeto al ordenamiento jurídico nacional".

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Y en cuanto a la participación de este arma en el secuestro de dos monjas francesas, ocurrido en 1977 frente a una parroquia de Buenos Aires, el senador Eduardo Menem, hermano del presidente, advirtió que únicamente pueden actuar en el caso los tribunales argentinos.

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