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Los premios Cervantes exigen a los Gobiernos mayor atención en la enseñanza del castellano

Ningún representante del Ministerio de Cultura asistió al congreso sobre el español

Exigir a los Gobiernos que atiendan mejor la enseñanza del español, tras realizar una planificación lingüística en todos los países de habla hispana, y lograr que el castellano sea considerado lengua oficial en los foros internacionales son los principales imperativos del Documento de Valladolid, firmado ayer en la ciudad castellana por todos los premios Cervantes vivos en el acto con, el que se cerró el congreso La hora del español, Los asistentes criticaron el hecho de que ningún representante del Ministerio de Cultura y del Instituto Cervantes haya asistido a este congreso sobre el español.

El manifiesto recoge una serie de principios universales sobre la lengua castellana con el. objetivo de promocionar su difusión, pero el principal responsable de su redacción, el catedrático César Hernández, no dudó en afirmar que "el Gobierno español actual no ha hecho nada por la lengua" y en manifestar su malestar por la ausencia durante los tres días que ha durado el congreso de representantes del Ministerio de Cultura y del Instituto Cervantes.Tampoco asistió a la firma del Documento la infanta Elena, como se había anunciado en un principio. La ausencia de la ministra de Cultura, Carmen Alborch, que había sido invitada, fue justificada por los organizadores del congreso por su "apretada agenda", pero no se explicaban, por el contrario, la inasistencia de algún responsable del Instituto Cervantes, cuya presencia estaba confirmada desde hacia meses.

El documento define el castellano como el principal tesoro cultural de 400 millones de hablantes; describe su misión de cohesión entre pueblos muy diversos, y aboga por el respeto al bilingüismo. No obstante, César Hernández, haciéndose eco de la opinión de varios académicos y ponentes de las jornadas, declaró que "la planificación lingüística es una tarea especialmente urgente en España" y que la enseñanza del castellano "está muy mal" en nuestro pais.

El congreso ha discurrido sobre tres ejes: la satisfacción por la vitalidad del español -lengua oficial en 23 países, tercer idioma de trabajo de Naciones Unidas, vehículo de comunicación de más de 560 millones de hablantes para el año 2010, segundo idioma de estudio en numerosas naciones, etcétera-; la preocupación por la situación presente del castellano en las regiones bilingües de España y su relación con otras lenguas peninsulares, y la presencia en Valladolid de grandes escritores como Ernesto Sábato, Adolfo Bioy Casares, Francisco Ayala, Miguel Delibes y Gonzalo Torrente Ballester.El primero en hablar sin tapujos sobre las, amenazas que se ciernen sobre el castellano en España fue el académico Gregorio Salvador, que definió como "de martirio" la situación que viven los castellano hablantes en algunas comunidades bilingües y afirmó que el estado de la enseñanza del español "daba ganas de llorar". Salvador recogía la opinión mayoritaria entre los académicos y los filólogos presentes en Valladolid de que el español no es una lengua nacional, sino la lengua común de los españoles y que, por tanto, corresponde al Gobierno central garantizar su conocimiento y su uso en todo el territorio.En un sentido más político, Juan José Lucas, del Partido Popular, presidente de la Junta de Castilla y León afirmó que "hay que recuperar la armonía entre todas las lenguas peninsulares" y que "lo que ahora se dice que son problemas lingüísticos son, en mi opinión, problemas de otro tipo". Lucas declaró que a la vista de los datos de la expansión del español en el mundo, "resulta difícil pensar que alguna otra lengua peninsular pueda hacer sombra al castellano" y se mostró partidario no de una ley de defensa del idioma, pero sí de una norma que regule su uso.En el terreno literario, los auténticos vencedores fueron Ernesto Sábato y Miguel Delibes. Ambos encandilaron al público asistente a las jornadas por su categoría humana y por la piedad, en su puro sentido etimológico de solidaridad, de su obra. ,

Un extraño Planeta

La pulcritud y el humor de Adolfo Bioy Casares, premio Cervantes de 1990, conquistó ayer Valladolid. El escritor argentino, de 80 años, no tuvo ningún reparo en opinar sobre la polémica suscitada en España sobre el prestigio de los premios literarios. Acerca de las palabras de Cela -"El Cervantes es un premio cubierto de mierda"- puso cara de estupor y comentó burlonamente: "se las agradezco a Cela por la parte que me toca". Y añadió: "el Cervantes es un gran premio que ha cambiado mi vida. Antes de recibirlo era una persona y ahora soy otra. Cambió a los - lectores y a los editores a la hora de acoger mi obra".Sobre los otros galardones literarios, como el Planeta, manifestó: "Me parece un poco extraño que se, lo hayan dado a Cela. Los premios deben servir para estimular a los noveles. Nosotros. somos ya mayores y tenemos editores. Nunca me han ofrecido ganar un premio literario".

Al margen de polémicas, el autor de La invención de Morel coincidió con Ernesto Sábato al afirmar que "el escritor debe estar comprometido únicamente con la verdad porque si no lo hace está perdido" pero discrepó de su compatriota en su pasión por la vida y por la escritura. "Si pudiera firmar un contrato para vivir mil años lo haría sin leer las cláusulas" dijo.Pese a su fragilidadfísica y la muerte el año pasado de su mujer, Silvina Ocampo, Bioy Casares anunció que está actualmente escribiendo cuentos y que confía en publicar un segundo tomo de sus memorias, aunque aún no sé muy bien qué quiero contar".Bioy destacó que el español vive un momento espléndido y se mostró partidario de que "la lengua se defiende sola" si bien, apuntó, "el nacionalismo es una palabra que inspira temor".Sobre España, donde dijo ser "mucho más feliz que en cualquier otro lugar, exceptuando Argentina" Casares criticó la escasez presupuestaria en el campo cultural -'los políticos no me resultan muy sirnpáticos -ni creo mucho en ellos"-.

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