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La prueba del ADN logra liberar a un hombre que llevaba 10 años en prisión

La perserverancia de una abogada, las técnicas de identificación genética y el caso de O.J. Simpson se han combinado para reparar una injusticia que ha tenido a un hombre durante diez años en la cárcel. Frederick Daye, 36 años de edad, juzgado y condenado por un supuesto delito de violación, está en libertad.Frederick fue detenido en 1984 en San Diego acusado de robo y violación y la víctima le identificó. Uno de los dos hombres que la habían agredido era negro, como Frederick, y tenía una funda metálica en uno de sus dientes delanteros. No sirvió de nada la declaración de varios testigos que habían visto al acusado en una fiesta de cumpleaños en el momento de la agresión.

Por suerte para Daye, su recurso de inocencia cayó en manos de una abogada luchadora, Carmela Simoncini. En 1990, la abogada consiguió obtener una declaración del otro condenado en la que se exculpaba por completo a Daye. Con este testimonio y con otro de una mujer que confesó que su novio había admitido su culpabilidad parecía obvio que había que volver a abrir el caso. No fue así.

Carmela Simoncini no se rindió y elevó un recurso al Tribunal del estado de California, que autorizó un gasto de 2.000 dólares para contrastar la identificación genética de Daye. La prueba del ADN demostró la inocencia del acusado, pero la Fiscalía denegó un nuevo juicio.

Un canal de televisión de San Diego descubrió en julio que el mismo laboratorio que había hecho las pruebas del ADN de O. J. Simpson se había encargado de las de Daye. La denuncia obligó a repetir la identificación genética. Desde el pasado lunes Daye es un hombre libre, aunque con diez anos menos de libertad.

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