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Buena nueva

Norberto Fuentes ya está fuera de Cuba. Gracias. a la intervención del escritor Gabriel Garcia Márquez, el Premio Nobel de Literatura y buen amigo de Fidel Castro -y quizá también en parte gracias a la entrevista que le hizo Mauricio Vicent en la Habana y a un artículo de su amigo Manuel Díaz Martínez, publicados en EL PAÍS el 25 de agosto- el escritor cubano, que llevaba 23 días de huelga de hambre para forzar a las autoridades a dejarle salir de Cuba con su familia, ha logrado su objetivo. Voló con su amigo Gabo hasta México en un avión que puso a su disposición el presidente mexicano, Carlos Salinas.Todos tenemos que congratularnos por ello. Es una buena nueva. Pero es además una buena prueba de cómo se deben afrontar los problemas puntuales con regímenes dictatoriales. El fin prioritario de todo trato con una dictadura no es castigar al tirano sino ayudar a la víctima, solía decir Willy Brandt. Precisamente por eso, sería un grave error romper todos los vínculos con Cuba como exigía hace poco algún dirigente de la oposición española. Y por lo mismo, es un grave error de la Administración Clinton creer que con un endurecimiento de sus medidas económicas contra Castro va a lograr otra cosa que actos desesperados por, parte de la población o del aparato represivo del régimen. O de ambos a la vez. El resultado de esta desesperación es sangre y cuerpos hinchados de balseros que el mar escupe a las costas del Caribe.

García Márquez mantiene desde hace muchos años vínculos personales con Castro que poco tienen que ver con la política. Son dos personalidades únicas, fuertes y narcisas que han tenido biografías muy distintas. ¡Ojalá se hubiera dedicado Castro desde hace décadas a la literatura como en ocasiones ha dicho haber deseado tanto! Cuba se lo hubiera agradecido. Y demos gracias por el hecho de que el genio literario que es Garcia Márquez nunca haya tenido el poder para disponer de la vida y suerte de una nación.

Pero esta vieja. amistad entre dos hombres ha servido a un tercero que había caído en desdicha por, el capricho del poder a que está sometido todo súbdito de un régimen dictatorial. Y mucho más quién llama la atención como Norberto Fuentes. Con la intervención de Gabo, Fuentes ha vuelto a ser el ser privilegiado que era hasta hace unos años. Llegará a EEUU en avión, sin amenazas de tormentas ni tiburones y tiene ya acomodo.

Ahora se hace urgente la intervención masiva en bien de todos los demás cubanos. Muchos construyen nuevas balsas y están en peligro de muerte mucho más inminente que Fuentes. Deben intervenir Gabo, aquellos que tienen contacto con Castro como Felipe González y aquellos que, como Clinton, no lo tienen. Comparten la obligación de buscar el diálogo con el patriarca fracasado y aquellos que puedan traicionarle por el bien. del pueblo-. Porque deben evitar que la agonía del dictador y su ideología suponga la muerte de generaciones de cubanos. Cuando se puede salvar a las víctimas, bien vale renunciar a la persecución o al castigo del tirano.

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