Stalin intentó cruzar humanos y monos para crear un nuevo hombre soviético
Las autoridades soviéticas trataron de crear un nuevo hombre no sólo a través de la ideología, sino también por la vía biológica nada menos que cruzando monos, con personas. Ocurrió en la segunda mitad de los años veinte, según demuestran los documentos publicados por el periódico Vechérnaya Moskvá.Los experimentos estuvieron dirigidos por lliá Ivanov, profesor de Zootécnica Experimental, quien ya antes de la revolución bolchevique soñaba con obtener una nueva especie homínida. Ivanov subraya: "Un serio obstáculo para mi trabajo experimental lo constituían los prejuicios de carácter moral y religioso existentes". Pero con el triunfo de los comunistas, estos prejucios desaparecieron, y en 1926 Ivanov recibió 10.000 dólares del empobrecido Gobierno soviético de Stalin para realizar sus trabajos de hibridación.
La Academia de Ciencias, reacia a las ideas de Ivanov, tuvo que capitular ante la presión de Nikolái Gorbunov, jefe de la comisión gubernamental para trabajos científicos. El zootécnico experimentó en África, en la Guinea francesa, inseminando chimpancés con esperma humano. Después trató de llevar once chimpancés a la URSS, pero todas las monas murieron en el camino. La autopsia mostró que ninguna de ellas estaba embarazada, por lo que Ivanov concluyó que también había que probar a inseminar a una mujer con esperma de chimpancé. Para eso el profesor Ivanov proponía organizar un criadero de monos en Sujurni -que se realizó- e inseminar soviéticas.
Según Ivanov, era mucho más fácil encontrar en la URSS mujeres dispuestas a dejarse inseminar con esperma de monos que conseguir pigmeas en África para estos experimentos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.