Aumentan en EE UU las presiones a Clinton para que negocie con Castro

La negativa del gobierno norteamericano a dialogar con Cuba -con la excepción , resaltada por el presidente Clinton, de las conversa iones sobre asuntos de emigración- recibe crecientes críticas de importantes dirigentes, demócratas y de influyentes medios de comunicación. En el estrecho de Florida, el mal tiempo consiguió ayer reducir drásticamente el número de balseros que se echaron al mar.Los rescatados se contaron por docenas -87 a primeras horas de la noche de ayer- en lugar de por millares, como en días pasados, después de los avisos del Servicio de Guardacostas sobre lo suicida que resultaría afrontar olas de 12 metros y vientos de 50 kilómetros por hora.

Después de las agotadoras jornadas que le permitieron el triunfo político de la aprobación de la Ley Anti Crimen y horas antes de partir de vacaciones, el presidente Clinton se reunió con Anthony Lake, asesor de Seguridad Nacional, y con Warren Christopher, secretario de Estado -los dos de vacaciones hasta el viernes- para analizar la crisis de los refugiados.

Paralelamente, el Departamento del Tesoro concretó las restricciones, de envíos económicos a Cuba anunciadas por el presidente. A partir de ahora, será preciso un permiso, especial en el que se justifique que el dinero se envía a familiares ancianos o muy necesitados.

La negativa de Clinton a negociar con Cuba ha suscitado la oposición de destacados políticos demócratas. Lee Hamilton, presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, se planteó en voz alta la pregunta más extendida sobre la crisis de los refugiados: las medidas tomadas están muy bien, pero después, ¿qué?. " ¿Nuestro primer objetivo es derribar a Castro o conseguir la democratización y el saneamiento económico de Cuba?".

En el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, su presidente, el también demócrata. Claiborne Pell, subrayó las contradicción que supone contribuir a empeorar las condiciones de vida en Cuba e impedir que sus habitantes salgan de la isla. Otro senador demócrata, Christopher Dodd, señaló: "La guerra fría ha terminado, pero nuestra política hacia Cuba es la misma".

En el frente de los medios de comunicación, el conservador The Wall Street Journal argumenta que el levantamiento del embargo no sería una concesión a Castro, sino una forma de acelerar su, marcha: "Sospechamos que ha llegado el momento en el que el levantamiento del embargo ayudaría precisamente a las fuerzas que liberalizarían la estructura del poder en Cuba". En su editorial "Cuba: el momento de hablar", el influyente The New York Times defiende también el levantamiento del embargo y pide al presidente Clinton que no sea prisionero de los sectores más duros del exilio de Miami: "En diplomacia, a veces es más importante para los gobiernos hablar con los enemigos que con los amigos", señala el periódico, que recuerda el diálogo en curso entre Israel y la OLP y que señala que si se hubieran aplicado los mismos criterios que con Cuba, nunca habría habido negociaciones con China, Corea del Norte, Siria, Haití o con los serbios de Bosnia.