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Un grupo de boniteros del Cantábrico acusa a dos barcos vascos por faenar con redes ilegales

Las irregularidades en la guerra del bonito no tienen nacionalidad. Ayer, un grupo de pescadores asturianos, cántabros y vascos acusó a dos embarcaciones vascas por faenar con redes ilegales, similares a las que utilizan franceses, británicos o irlandeses. El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Gijón negó tales irregularidades y aseguró que las acusaciones vertidas por pescadores españoles responden a enfrentamientos personales. Esta acusación agrava el malestar entre los boniteros españoles, puesto que la reunión de urgencia celebrada el martes en alta mar acabó sin satisfacerles. Los pescadores españoles han amenazado con cortar todas las redes ilegales que encuentren a su paso.

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La guerra del bonito podría entrar en una nueva fase de enconamiento si se demuestra la veracidad de las acusaciones presentadas por pescadores asturianos, cántabros y vascos contra dos embarcaciones vascas, el Ortzadar (Arco Iris) y el Bare (Calma en el Mar), a las que aseguran haber sorprendido el pasado domingo utilizando artes de pesca prohibidas, similares a las que emplean los boniteros franceses y británicos, informa Javier Cuartas.Según los denunciantes, 40 embarcaciones boniteras de Asturias, País Vasco y Cantabria persiguieron el domingo, en alta mar, a la altura de la costa asturiana, a dos barcos vascos, que fueron sorprendidos y fotografiados Cuando empleaban volantas para la pesca del bonito. Los dos pesqueros fueron obligados a volver a su puerto de origen.

Miembros de la tripulación de uno de los boniteros aseguraron, en las comunicaciones por radio que se mantuvieron durante el incidente, que habían sido obligados a faenar con mallas por sus armadores.

Sin embargo, el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Gijón, José Antonio Ruiz, aseguró ayer que el barco supuestamente infractor era un arrastrero que no se dedicaba a la pesca de bonito. Agregó que nadie ha presentado una denuncia sobre el caso y calificó de "muy lamentable que se hagan este tipo de acusaciones, que sólo sirven para echar leña al fuego de la guerra del bonito", informa Servimedia.

Reunión en alta mar

A la reunión de alta mar de la noche del martes, que tuvo lugar en la patrullera española Chilreu, asistieron representantes de las autoridades y pescadores de España y Francia, además de portavoces británicos y comunitarios. Los propios inspectores franceses comprobaron que las volantas del Marjanic superaban en 500 metros el límite legal de 2,5 kilómetros. La Armada francesa terminó escoltando esta embarcación hasta el puerto bretón de Brest, con el compromiso de confiscar sus redes y su carga una vez en tierra. "A saber dónde estarán las redes cuando lleguen a puerto", decía ayer José Roca. El representante burelense se mostró escéptico ante este tipo de medidas, "cuando está visto que las redes se las pasan de unos barcos a otros".

Antonio García Elorriaga, subdirector de Pesca, consideró que la reunión de alta mar había sido positiva "para calmar los ánimos", y aseguró que la flota española estaba, ayer por la mañana, pescando con normalidad y separada de los boniteros franceses por unas 20 ó 30 millas. Los pescadores están dispuestos a destruir las redes de los barcos franceses si. siguen haciendo caso omiso del reglamento comunitario, según informó ayer el coordinador de Greenpeace sobre la costera del bonito, Xavier Pastor, y confirmaron por radio algunos patrones de pesqueros con base en Burela, informa Xosé Manuel Pereiro.

El buque Rainbow Warrior regresó ayer al puerto de La Coruña para efectuar una escala técnica, mientras el remolcador Solo iba rumbo al caladero. La Armada francesa, manifestó Pastor, "está ejerciendo una violencia inusitada para defender los- intereses, incluso contra la legalidad, de sus pesqueros. Una actitud que contrasta totalmente con la de las patrulleras británicas e irlandesas". -

Mientras, los pescadores de Comualles, en el oeste de Inglaterra, solicitaron ayer un encuentro urgente con las autoridades británicas, a las que acusan de velar por los intereses españoles más que por su propia industria, informa Lourdes Gómez. "Parece que los oficiales de la Armada son los perros guardianes ' del Gobierno español", protestó ayer el parla mentario Paul Taylor.

Responsables de pesca del Gobierno británico justificaron ayer la actuación del HMS Anlesey, el buque de la Armada Real que obligó a un pesquero a regresar a puerto la noche del pasado martes, por presuntas irregularidades en sus redes con las que pescaba.

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