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EE UU da el espaldarazo al nuevo régimen de Ruanda

Alfonso Armada

ENVIADO ESPECIALEstados Unidos ha movido sus fichas con rapidez. Apenas 15 días después de que los guerrilleros del Frente Patriótico Ruandés (FPR) pusieran en fuga al Gobierno interino y a sus tropas, el secretario de Defensa norteamericano, el almirante William Perry, viajó hasta Kigali para entrevistarse con el nuevo hombre fuerte del régimen ruandés, Paul Kagame, mientras sus primeros soldados llegaban a la capital. Por su parte, el primer ministro francés, Edouard Balladur, efectuó una visita a la ciudad zaireña de Goma y a la zona de seguridad creada por sus tropas.

La reunión entre Perry y Kagame se celebró en la mañana de ayer en la antigua torre de control del aeropuerto de la capital ruandesa y supone un neto espaldarazo al nuevo régimen, aunque Washington se empeñe en asegurar que se trata sólo de ayuda humanitaria. Antes que Perry, un C 5E Galaxy con 65 soldados a bordo había aterrizado en Kigali con material para "contribuir a la reconstrucción del país". Aunque Perry y Balladur no se entrevistaron, a pesar de encontrarse al mismo momento en el aeropuerto de la ciudad zaireña de Goma, el secretario de Defensa sí dio anoche una rueda de prensa conjunta con el ministro francés de Defensa, François Léotard, que acompañaba a Balladur. Perry anunció que su país "desplegará en la zona a 3.000 soldados en el plazo de tres semanas". "Algunos centenares estarán. en Ruanda, y el resto en Uganda, Zaire y Kenia", precisó, antes de añadir: "Nos quedaremos el tiempo que haga falta". Léotard, por su parte, aseguró que su país evitará que la salida de las tropas francesas, que debe completarse para el próximo 22 de agosto, "provoque nuevos disturbios".Unas horas antes, Balladur había asegurado que si dicha retirada francesa "debilitara la situación", París podría reconsiderar su decisión y por tanto aplazarla. Balladur pidió a las Naciones Unidas que crearan un organismo especialmente dedicado a atajar este tipo de catástrofes que sacuden la conciencia del mundo, para evitar que en la preparación de la ayuda se pierda un tiempo precioso.

Ron Peck, teniente coronel del Ejército del Aire norteamericano, declaró ayer en Kigali que su labor en Ruanda se centrará en "volver operativo el aeropuerto" y en "ayudar a la reconstrucción de las infraestructuras del país para que la ayuda humanitaria pueda ser efectiva". Peck negó que su misión, en la que intervendrán varios centenares de soldados que ayer comenzaron u llegar a Ruanda, esconda motivos políticos: "Estamos aquí para ayudar al Gobierno y a la población, no paría actuar como fuerzas de pacificación", dijo.

El desembarco norteamericano en Kigali fue recibido con satisfacción por el representante especial del secretario general de la ONU ante la Misión de Ayuda a Ruanda, el paquistaní Shaharyar Khan. Como es habitual, los estadounidenses no obedecerán a mandos de la ONU. "Trabajarán por sí mismos, pero cooperarán absolutamente con nosotros", dijo Khan.

El funcionario internacional cree que en la nueva Ruanda "existen garantías de seguridad" para que regresen los cerca de tres millones de ciudadanos que han huido del país, y aseguró carecer de cualquier información respecto a una supuesta campaña de represión del nuevo Gobierno contra los opositores y antiguos miembros del Ejército ruandés. "Lo único que sé es de casos aislados, pero se trata de venganzas personales", asegur Khan.

Lejos de Kigali, en Goma, la vida de los refugiados ha mejorado a ojos vista. Se ven menos muertos por las calles y en el campo de Munigi, el llamado campo de la muerte, el número de muertos por cólera ha bajado, en una semana, de 400 a 2.

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