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Un impacto cósmico en la Tierra pudo sumirla en tinieblas hace 1.500 años

Los datos sugieren el choque de un cometa

Una catástrofe cósmica, como el choque de un meteorito gigante o un fragmento de cometa, puede haber provocado en la Tierra una época de tinieblas hace 1.500 años. Los datos sobre el clima de entonces y las referencias históricas apuntan hacia algún acontecimiento extrordinario que hacia el año 534-535 de nuestra era causó un oscurecimiento atmosférico masivo y un fenómeno global de tipo invierno nuclear.

Algunos científicos habían pensado que la causa desencadenante de aquella catástrofe generalizada fue una erupción volcánica gigante, pero otros están llegando a la conclusión de que podría haber sido provocada por una colisión de algún cuerpo celeste contra la Tierra. La evidencia indiscutible de que hubo una gran catástrofe a mediados de la década del 530 procede de un análisis de los anillos de los árboles.Los anillos anuales de crecimiento que hay en todos los árboles son una prueba imborrable de pasados cambios climatológicos. El mal tiempo produce un crecimiento lento (anillos estrechos), mientras que el bueno provoca un crecimiento más rápido (anillos anchos). Su estudio en árboles de América del Norte y en Europa revela un amplio y repentino retraso en su crecimiento, que se prolongó unos 15 años. La intesidad del fenómeno no parece explicable por la variabilidad natural del clima; es el único acontecimiento de este tipo que se conoce que haya afectado a todo el hemisferio.

"La evidencia histórica y la de los anillos de los árboles nos dice claramente que en aquel momento pasó algo catastrófico. Si, como ahora parece probable, no tuvo un origen volcánico, la única opción real es la de una colisión cósmica", afirma Mike Baillie, catedrático de Paleoecología en la Universidad de Queens, en Belfast (Reino Unido), que acaba de publicar los datos claves de los anillos de los árboles en la revista científica The Holocene.

En el año 536 dC, el funcionario romano Juan de Lidia escribió que el Sol "se apagó... durante casi todo el año... de tal forma que las frutas se pudrieron antes de tiempo". Otro escritor del siglo VI, el historiador Procopius escribió que "durante este año tuvo lugar un acontecimiento portentoso terrible. El Sol daba luz sin brillo... porque los destellos que despedía no eran claros". Un informe de la mitad de la década del 530, citado por el cronista posterior Miguel el Sirío, decía: "El Sol se oscureció, y su oscuridad duró 18 meses". "Brillaba unas cuatro horas al día, pero la luz era sólo una tenue sombra... las frutas no maduraron y el vino sabía a uvas amárgas". Un cronista italiano del siglo VI, Cassiodoro, dijo que el Sol "parece haber perdido su luz acostumbrada y muestra un aspecto azulado. Nos maravillamos al no ver las sombras de nuestros cuerpos al mediodía, al notar cómo el poderoso calor del Sol se ha debilitado".

Las cosechas se echaron a perder en Italia, Mesopotamia, las islas Británicas y otros lugares, y se desencadenaron terribles periodos de hambre. En China se produjeron sequías a gran escala y espantosos periodos de hambre entre los años 536 y 538. Los eruditos chinos han descubierto ahora que, en algunas partes de su país, pereció entre el 70% y el 80% de la población. Por consiguiente, al menos en el hemisferio norte, parece que el Sol se oscureció parcialmente debido a una especie de velo de polvo en las capas altas de la atmósfera creando un fenómeno parecido al del invierno nuclear.

La explicación cósmica es la que va en cabeza en este momento, porque una erupción volcánica gigante dejaría normalmente una firma ácida, detectable por los científicos que examinan las muestras de hielo extraídas en Groenlandía. Con estas muestras los vulcanólogos han reconstruido los últimos 9.000 años. Pero no han descubierto señales de erupción a mitad de la década del 530.

Impacto en el mar

Naturalmente, si la catástrofe fue producida por un trozo de cometa o de asteoride, el impacto se podría haber producido en el mar. Porque, si hubiera sido en tierra firme, probablemente los geógrafos o los geólogos habrían detectado un enorme cráter. Según los astrofísicos, un cuerpo de roca, capaz de producir un velo de polvo en todo el mundo de la intensidad descrita por los cronistas del siglo VI, hubiera debido tener un diámetro de un kilómetro por lo menos.El cuerpo celeste debió colisionar con la Tierra a una velocidad de al menos 1,6 kilómetros por segundo, y producir una explosión de varios centenares de miles de megatones (más de un millón de bombas nucleares como la de Hiroshima). "Este desastre mundial coincidió con una intensificación de la edad de las tinieblas, y parece marcar un hito en la historia de la humanidad", según Baillie.

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