Tres observatorios españoles fueron los primeros en detectar el efecto del 'cometazo'
Júpiter apenas se inmutó por el choque del Shoemaker-Levy
El cometa Shoemaker-Levy empezó a entrar ayer en Júpiter como una sonda profunda hacia el corazón del mayor planeta del sistema solar. El grandioso experimento montado por la naturaleza, aunque no espectacular, no defraudó del todo a los astrónomos, especialmente a los españoles. Tres observatorios detectaron un gran aumento de brillo en la banda infrarroja (no visible) del espectro, a las 22.18 hora peninsular española, unos 20 minutos después del momento previsto del impacto, cuando Júpiter, al girar, mostró la zona por donde entró el bólido de fuego.
"Creo que lo que hemos visto es una burbuja de gas caliente, causada por el impacto del primer fragmento del cometa Shoemaker-Levy, que no ha llegado a ser lo bastante caliente para verse en la zona visible del espectro", explicaban anoche, aún emocionados, Mark Kidger y Miquel Serra, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).Tres telescopios de infrarrojos, situados en Calar Alto (Almería), La Palma y Tenerife, coincidieron en observar un gran aumento de brillo apreciable durante unos 15 minutos. Los datos fueron comunicados inmediatamente al centro de coordinación internacional, en EE UU, siendo el primer efecto del cometazo que se conoció. Dos horas después de la prevista del impacto (las 21.53 hora peninsular española), ningún telescopio óptico había comunicado nada. En otras bandas del espectro será necesario esperar a los análisis de los datos tomados ayer.
"A las 22.18 ha aparecido un aumento de brillo en una banda de infrarrojo, tan grande que ha superado en brillo al satélite Io de Júpiter, según nos ha comunicado José Luis Ortiz, que está en en Calar Alto observando con el telescopio de 3,5 metros", explicaba anoche José Juan López, astrónomo del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA). "Nosotros, desde Granada hemos tomado cien imágenes ópticas y aparentemente no hemos detectado nada, pero estamos todavía procesando las fotos".
En ultravioleta
En Europa, otro satélite de Júpiter, los astrónomos del telescopio en órbita IUE (en ultravioleta), de las agencias espaciales europea y estadounidense, esperaban ayer detectar la luz reflejada por el impacto del bólido de fuego. "Europa es como un espejo situado en este momento tras Júpiter y no hemos visto nada en los registros de tiempo real, pero para detectar variaciones de brillo por debajo de un incremento del 10% tenemos que procesar los datos y tardaremos unos días", declaró anoche Wilhem Wamsteker, director del IUE en Villafranca del Castillo (Madrid). Mientras tanto, el IUE empezó a observar el lugar de impacto en Júpiter para ver si algunos elementos del planeta han subido hasta las capas superiores de nubes después del choque.Anoche estaban apuntados hacia Júpiter todos los telescopios de la tierra, pero muchos no vieron nada porque observaban en bandas del espectro en las que, con los primeros datos, no se apreció nada significativo. En el hemisferio sur la primera noticia negativa procedió del observatorio de Ciudad del Cabo, el mejor situado del mundo, que observa en la banda visible. Pasados 30 minutos de la hora prevista el astrónomo Matt Senay señaló: "No estamos viendo ninguna perturbación atmosférica significativa".
Los observatorios españoles sólo pudieron observar hasta la una de la madrugada, cuando Júpiter desapareció del cielo. Los siguientes dos impactos, previstos para unas horas después, no pudieron ser vistos desde España pero sí desde América del Sur, donde el Observatorio Europeo Austral (ESO) en La Silla (Chile), tenía preparada toda su batería de telescopios, informa Manuel Délano. Para el día 20 se espera el impacto del mayor fragmento del Shoemaker-Levy.
Las últimas observaciones realizadas con el telescopio espacial Hubble antes de que empezarán los impactos indicaban que el cometa -ya disgregado en al menos 21 brillantes fragmentos que asemejaban un collar de perlas- se estaba rompiendo en trozos aún más pequeños por la gran fuerza de gravedad del planeta Júpiter, cada vez más espaciados.
Y las emisiones de radiofrecuencia procedentes del planeta se hicieron más intensas pocas horas antes de la hora prevista para el primer impacto, probablemente por el incremento de temperatura provocado por la proximidad del cuerpo celeste.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.