Los poetas están bien vivos.
Los diez poetas reunidos por el Festival de Poesía de Barcelona para leer sus versos demostraron que la suya no es una especie en extinción. 1300 personas les siguieron anoche en el Palau de la Música y aplaudieron con fuerza las tres horas de recital. Las deserciones de espectadores fueron mínimas pese a que hubo lecturas en checo y danés y un entreacto que facilitaba la huida discreta. El Nobel Soyinka impresionó con su voz clara y potente y su presencia majestuosa.
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