Hacienda prevé un crecimiento económico del 2,6% para 1995, lo que estabilizará la tasa de paro

La economía española crecerá el año próximo un 2,6% lo que permitirá crear empleo, pero no lo suficiente como para contrarrestar el aumento de la población activa y rebajar la tasa de paro. Ésta es una de las estimaciones del cuadro macroeconómico que acompañará a los Presupuestos del Estado para 1995, dónde se prevé situar la inflación en el 3%. Según un primer borrador, los ingresos crecerán prácticamente igual que la economía (5,5% nominal), los gastos lo harán por debajo (4%), y el déficit se reducirá en medio punto de PIB (5,2%).

La crisis política no ha impedido que en el Ministerio de Hacienda se haya empezado ya a preparar el presupuesto del año que viene. El martes de la pasada semana el secretario de Estado de Hacienda, Enrique Martínez Robles, se reunió con los altos cargos de los demás ministerios para presentarles las primeras cifras del presupuesto del Estado del año próximo.El mensaje central es que la esperada recuperación de la economía española deberá servir para reducir el déficit en relación al PIB y no para aumentar el gasto. De hecho, el margen para nuevos proyectos se limita a unos 100.000 millones de pesetas, cuando en años anteriores rozaba el medio billón. En la práctica, los ministerios deben recortar algunas partidas si quieren potenciar otras.

Este esfuerzo no se traduce, sin embargo, en un saneamiento espectacular de las cuentas públicas. El problema es que la mayor parte del gasto se encuentra comprometido de antemano y reducir medio punto de déficit es ya un objetivo ambicioso. Además, la intención del Gobierno ,es que el presupuesto sea realista. En contra de lo sucedido en años anteriores, para 1994 Hacienda cree que se cumplirán las previsiones y en esa misma línea se quiere seguir un año más.

Según los datos presentados por Martínez Robles, el objetivo de déficit de la Administración central para 1995 alcanza los 3,5 billones de pesetas, lo que representará el 5,2% del PIB. Esta previsión supone una disminución de medio punto respecto de lo estimado para 1994 (5,7% del PIB). Este ritmo de reducción es el que se desea mantener hasta 1997, fecha en la que los países de la Unión Europea quieren hacer converger sus economías para adoptar una moneda única.

La recuperación de la economía española permitirá, según los planes de Hacienda, alcanzar este objetivo. Frente a un 1,3% de crecimiento real previsto para 1994, el año, próximo se estima alcanzar un 2,6%. Este nivel de crecimiento permitiría detener el aumento de la tasa de paro (24% previsto para 1994) pero no reducirla, ya que la creación de empleo no será suficiente como para contrarrestar el aumento de la población activa. La recuperación vendrá de la mano del sector exterior, como ya ocurrió con la anterior crisis económica y, con menos empuje, de la demanda interna.

Las medidas estructurales anunciadas -telecomunicaciones, suelo, servicios profesionales-, si finalmente se salvan los obstáculos para llevarlas adelante, permitirán que la recuperación, económica no eche por tierra los esfuerzos en la reducción de los precios. El objetivo para 1995 es que la inflación se rebaje también en medio punto (del 3,5% en 1994 al 3%).

Como se ha comprometido públicamente el ministro de Eco nomía, la tabla de retenciones del impuesto sobre la renta se rebajará en este porcentaje del 3% para eliminar el efecto de la in flación. A pesar de ello y gracias a la recuperación económica, la previsión de Hacienda es que los ingresos se sitúen en los 13,5 billones de pesetas, lo que supondrá un aumento del 5,6%, es de cir, prácticamente igual que el crecimiento nominal de la eco norma esperado (5,5%).

El gasto, por el contrario, deberá contenerse hasta crecer por debajo de ese porcentaje, en concreto un 4% (17,1 billones de pesetas). Los gastos sociales y en infraestructuras, así como los destinados a pagar los intereses de la deuda pública son los únicos que crecen por encima de la media., Las transferencias a las empresas públicas, por el contrario, se quieren congelar a los niveles alcanzados en 1993, pero no en 1995, sino a medio plazo. Las destinadas a las comunidades autónomas estarán igualmente restringidas. Los sueldos de los funcionarios dejarán de estar congelados.