El fiscal pide cadena perpetua para el colaboracionista francés Paul Touvier
El proceso contra Paul Touvier entró ayer en sus horas últimas. El fiscal Hubert de Touzalin reclamó al jurado, tras más de cuatro horas de alegato, cadena perpetua para el antiguo miliciano francés, hoy un anciano de 79 años. De Touzalin consideró probada la participación de Touvier en el fusilamiento de siete judíos en Ailheux-la-Pape, cerca de Lyón, el 29 de junio de 1944, y señaló que el acto tuvo carácter de crimen contra la humanidad por enmarcarse en una política tendente al exterminio de la población judía.
La defensa cerrará hoy el juicio, y la sentencia se conocerá probablemente mañana. La conclusión del proceso, en el que se ha revisado la época negra en que Francia colaboró con los ocupantes nazis, se ha visto marcada por la revelación de que el presidente Mitterrand es partidario de la amnistía o el "olvido voluntario" en casos como el de Touvier.El proceso contra Paul Touvier ha removido los posos de la sociedad francesa. El trauma de la ocupación y el colaboracionismo fue cuidadosamente envuelto en épica tras la Liberación. Para la historia oficial, prácticamente todos los franceses pertenecieron a la Resistencia.
Y, sin embargo, ahí estaban, incómodamente ocultas, la realidad de la persecución contra los judíos y la aquiescencia general con el régimen filonazi del anciano mariscal Pétain. Ahí estaba, como símbolo, la multitudinaria acogida tributada por los parisinos a Pétain en abril de 1944, sólo tres meses antes de que esa misma multitud aclamara la llegada del liberador Charles de Gaulle.
El juicio a Touvier ha avivado un recuerdo desagradable. Y ha hecho dudar a muchos. De un lado, un presunto crimen contra la humanidad, imprescriptible; del otro, un anciano de 79 años y unos hechos ocurridos hace casi exactamente medio siglo. De un lado, la justicia; del otro, la compasión. No sólo en medios de extrema derecha, en los que es lógica la comprensión y hasta la nostalgia por el régimen filonazi y antisemita de Vichy, se ha criticado el juicio.
En medios progresistas se han oído también voces a favor del perdón o, al menos, de un piadoso olvido. La última de esas voces es la del propio presidente de la República, François Mitterrand, antiguo miembro de la Resistencia y refundador del socialismo francés.
No al rencor
En una larga entrevista concedida al historiador Olivier Wieviorka, Mitterrand afirmó que "no se puede vivir siempre sobre el recuerdo o el rencor". "En la historia de Francia", siguió el presidente, "es raro que los grandes desgarros no sean borrado por amnistías u olvidos voluntarios en los veinte años siguientes. Ocurrió incluso con la Comuna [la insurrección de mayo de 1871 durante la que murieron más de 20.000 personas]".Mitterrand agregó una frase que relativizaba indirectamente la gravedad del periodo de ocupación nazi entre 1941 y 1944 una de las eras más oscuras de Francia: "La Comuna ha sido el mayor drama interior francés después de la Revolución". Comparándolo con el terror institucional robesperriano, el viejo líder socialista reducía la importancia del régimen filonazi.
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