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En la calle

Africa es música en la calle, al alcance de todos y en todo momento. Es la sociedad made in occidente la que se cuestiona la realidad de la música africana, que nunca ha reclamado nada porque nada reclama quien se autoabastece. Desde hace algunos años, es Europa -a través de los centros de operaciones de París y Londres, impulsados por la creciente emigración africana- quien habla del boom musical africano, mientras África sonríe y continúa escuchando a Franco Luambo. Al padre de la moderna música zaireña, muerto hace cuatro años con más de cien discos publicados, en África naturalmente.Mucho hay que buscar en España para encontrar algo de Franco, mientras que Salif Keita y Youssu N'Dour, sabedores de que necesitan aval blanco para llegar al norte, se dejan utilizar por Josef Zawinul y Peter Gabriel para abrir casa en París. Y la world music se convierte en discoteca neoyorkina con Me'Shell Ndegé Ocello de la mano de Madonna; y los koristas de Mafi abren con Ketama circuitos más profundos, mientras en las tiendas españolas acogen telarañas los discos del, Zaire (Pepe Kalle, Papa Wemba ... ), Mali (Nahawa Doumbia, Kasse Mady ... ), Suráfrica (Busi Malongo), Senegal (Baaba Maal, Orchestra Baobab, Etoile de Dakar), Costa de Marfil (Alpha Blondy), Nigeria (Fela Kuti), Argelia (Cheb Khaled ... ) y Madagascar (Tarika Sammy). El norte mira al sur y pide museos; África sonríe: los tiene en la calle.

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