Africa mira a los ojos a Occidente
André Magnin: "El arte negro contemporáneo pide entrar en los museos"
Cuando se habla de arte contemporáneo en general se suele hacer asumiendo que se trata sólo del arte europeo y norteamericano. André Magnin lleva más de seis años dedicado a seguir el rastro de las manifestaciones artísticas africanas actuales y a difundirlas por sus propios valores. Él participó este fin de semana en los debates del encuentro El gesto filmado, en Murcia, organizado dentro de la programación cultural A proa, de la agrupación Mestizo.Magnin fue uno de los comisarios de la polémica exposición Los magos de la tierra, realizada en 1989 en el centro Pompidou. Una muestra que marcó época al reunir obras de artistas del llamado Tercer mundo, por su solo valor estético y no con un criterio etnográfico. Desde entonces ha sido comisario de muestras como África hoy (Canarias), y otras del mismo tema en Holanda y México.
Pasa la mitad de su tiempo viajando por África en su afán de seguir descubriendo los artistas escondidos en el continente oscuro. Aunque gracias a su labor estos creadores están empezando a ser tomados en consideración, no es posible ver estas obras en ningún museo estable. "Siguen habiendo sólo museos de arte africano antiguo, seleccionados con un criterio etnológico", dice Magnin. "No hay ningún museo de arte africano contemporáneo en Occidente. Ni se ha hecho ni quisiera que se haga, sería crear un gueto suplementario que no necesitamos. Lo importante es que se vayan incorporando obras de artistas africanos en las colecciones de los museos de arte contemporáneos".
"Ya hay algunos que han empezado, como el Pompidou en París o el museo de Gróningen, en Holanda. También se han empezado a interesar algunos coleccionists privados y existen actualmente algunas colecciones bastante amplias. Yo soy comisario de la colección de Arte Africano Contemporáneo de París", afirma.
Desde Los magos de la tierra se ha empezado a reconocer tibiamente el valor de las obras de algunos artistas africanos. "Ellos no poseen en sus países una estructura que les permita darse a conocer entre los suyos y ni siquiera entre uno y otro país vecino. No hay museos, no hay galerías, no hay revistas o publicaciones de arte, ni crítica de arte tampoco. Sólo en Suráfrica se puede hablar de cierto coleccionismo y de un sistema de distribución más organizado. Sin embargo, en ciertos lugares se van dando cuenta de la importancia que pueden tener sus artistas. En Senegal, el gobierno tiene el proyecto de un museo, la Bienal de Dakar es un foro importante de intercambio, se están preparando algunas grandes exposiciones en Johanesburgo. Se están dando los primeros pasos para su difusión".
Una de las críticas que se hizo a Los magos de la tierra fue la de una selección hecha con ojos de comisario occidental. Basándose en valoraciones desde el punto de vista de nuestra historia del arte actual. "Siempre habrá un criterio de selección de los organizadores de acuerdo a su formación y gusto", comenta André Magnin. Es una crítica que podría entroncar con las nociones de lo políticamente correcto, que tanto gustan ahora los norteamericanos, y que a mi no me interesa. Lo que ha sucedido después es lo que importa. Ahora en Francia se está preparando una exposicón de arte africano seleccionada por los propios africanos, por ejemplo".
Según Magnin no se puede hablar de. tendencias en el arte africano actual. "En muchos casos los artistas trabajan de forma aislada. Lo que existe, en sitios como Madagascar, son grupos de artistas continuadores de una tradición ancestral. Ellos usan los mismos medios de expresión que sus antepasados, pero renuevan las formas y las ideas de sus obras. En Mozambique se puede hablar también de un grupo interesante de artistas y en Zaire también hay una corriente de pintura figurativa".
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