Los aliados occidentales logran que Rusia se asocie formalmente al proceso de paz en Bosnia
ENVIADO ESPECIAL Diplomáticos europeos y norteamericanos decidieron ayer aprovechar el alto el fuego y el levantamiento del cerco artillero serbio de Sarajevo para dar un nuevo impulso al plan de paz para Bosnia y extender el mismo método a otras zonas de guerra. La reunión, organizada por el Gobierno alemán, convocó en Bonn a representantes de todos los países de la Unión Europea, EE UU, Canadá y Rusia, además de la ONU, y fue calificada por fuentes diplomáticas europeas como un completo éxito en el reforzamiento del compromiso de Moscú con el proceso de paz. Se acordó también potenciar el plan de la UE, que prevé la partición de Bosnia en tres zonas, y presionar a las partes en conflicto para que hagan la paz y no la guerra.
No habrá por el momento nuevas amenazas de bombardeos aéreos, al estilo del ultimátum lanzado con éxito por la OTAN para salvar Sarajevo, según el comunicado aprobado ayer por la reunión de diplomáticos de alto nivel. Los aliados occidentales y Rusia decidieron, sin embargo, "aprovechar la actual dinámica para promover rápidamente un acuerdo negociado entre todas las partes".Los diplomáticos acordaron poner de nuevo sobre la mesa el plan de partición de Bosnia, objeto de "acuerdo en sus aspectos territoriales cuantitativos", pero reconocieron que "la calidad y viabilidad del territorio del Gobierno bosnio debe ser mejorada". Esto significa obtener de los croatas la salida al mar para los bosnios, y de los serbios el 3% del territorio reclamado en el último proyecto de paz aprobado por la UE. El comunicado apoya también a los copresidentes de la conferencia de paz, David Owen y Thorvald Stoltenberg, "que sigue ofreciendo el marco de una solución global a todos los problemas derivados de la desintegración de la antigua Yugoslavia".
La reunión aprobó seis objetivos de acción en tierra a corto plazo". El primero es consolidar el alto el fuego y retirada de fuerzas en Sarajevo, evitando la reintroducción de armas pesadas, asegurando el acceso de la ayuda humanitaria y restaurando la vida normal en la ciudad. Srebrenica y Zepa son objeto del segundo objetivo, consistente en completar la rotación de los cascos azules en ambas localidades y asegurar el acceso de la ayuda humanitaria. La reapertura del aeropuerto de Tuzla es el tercer objetivo.
El caso de Mostar
Mostar entra por primera vez en el catálogo de acción aliada (alto el fuego efectivo, retirada de la artillería, libre acceso a la ayuda humanitaria y restauración de la vida normal), en un claro mensaje dirigido a Croacia: el método utilizado con los serbios puede servir para todos. Bosnia central, donde la confrontación también es entre bosnios y croatas, es objeto del quinto objetivo, consistente en obtener un alto el fuego efectivo. Finalmente, se propone asegurar el libre acceso de la ayuda humanitaria a Maglaj.
La reunión emitió un mensaje implícito, que no se puede leer en el comunicado: la resolución de la guerra no será obra de la acción exclusiva de los occidentales, y una vez demostrada la eficacia de la amenaza atlántica -que teóricamente pende todavía sobre la cabeza de quienes violen las resoluciones de Naciones Unidas-, está claro que no se avanzará en el proceso de paz sin el protagonismo ruso.
En consonancia con esta situación, la estrella del encuentro fue el viceministro de Exteriores ruso Vitali Churkin, quien se mostró muy interesado en la liberación del aeropuerto de Tuzla ("estamos trabajando con los serbios para lograr la reapertura", aseguró), aunque expresó su hostilidad hacia la técnica de las amenazas ("lo que estamos haciendo ahora no necesita ni acciones ni lenguaje de dureza", señaló).
"Algunos tenemos canales especiales de comunicación con las distintas partes", afirmó Churkin. "Estados Unidos, con los musulmanes, Alemania, con los croatas, y Rusia, con los serbios", detalló. Churkin deseó una mayor participación norteamericana, incluso en la fuerza de la ONU, y aseguró que Moscú está también dispuesta a un mayor compromiso en fuerzas terrestres.
El director político del Ministerio de Asuntos Exteriores español, Jorge Dezcallar, afirmó por su parte que "el modelo de Sarajevo no es exportable a otras localidades" , y se mostró partidario de evitar el lenguaje de la amenaza en la actual etapa y de incluir Mostar entre los objetivos a corto plazo, y calificó la situación de "totalmente nueva, como nueva es también la coordinación con Rusia y con Estados Unidos".
La reunión de Bonn, convocada a instancias del Gobierno de Helmut Kohl, significa también la reaparición de Alemania en la acción diplomática en torno a los Balcanes, después de que los esfuerzos franceses y norteamericanos para lanzar el ultimátum de OTAN la dejaran en fuera de juego.
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