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La nuclear de Zorita sufre un fallo desconocido en el mundo que complica su reapertura en marzo

Las tres grietas descubiertas se están analizando en un laboratorio de EE UU

La avería detectada el 18 de enero en la nuclear José Cabrera, de Almonacid de Zorita (Guadalajara), supone un importante contratiempo en el funcionamiento de esta central. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) reconoce que es un fallo completamente nuevo en el mundo y que Westinghouse, la empresa norteamericana responsable de su diseño, no ha encontrado antecedentes. El fallo, tres grietas en los conductos por los que penetran las barras de control del reactor a través de la tapa de la vasija, se está analizando, en EE UU.

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Otras fisuras similares en las penetraciones

El CSN todavía no entra en valoraciones definitivas de la importancia de las grietas; continúa realizando minuciosos controles e inspecciones a través de costosos equipos telemanipulados, dada la radiactividad en el interior del reactor. Esta investigación durará por lo menos todo este mes. La central, que estaba parada para la recarga de combustible, tenía previsto volver a operar el 9 de marzo. Desde el CSN se estima "muy difícil" mantener esa fecha para la reapertura.La avería ha sido calificada con el nivel 1 de la escala internacional de sucesos nucleares (siete niveles de peligrosidad). El CSN informó que no se había producido un impacto significativo en el interior de la central. El nivel 1 es aplicado a "desviaciones de situaciones funcionales autorizadas".

Si se deciden cambiar los tubos-guía afectados será la primera vez que se emprende una operación de este tipo. Dada la radiactividad del entorno, las operaciones tendrían que hacerse con robots. El principal inconveniente del recambio de la tapa completa de la vasija sería el tiempo que tendría que estar parada la central. "Hasta un año", dice Ladislao Martínez, experto en energía nuclear de la organización ecologista Aedenat.

Las grietas no han aparecido en el entorno de la soldadura de la tapa con los tubos-guía por donde se introducen las barras de control del reactor (todo ello metálico), sino en los propios tubos-guía. A pesar de lo imprevisto del fallo -se detectó a simple vista por la presencia de ácido bórico, pues no había un plan de revisión de esta estructura-, Unión Fenosa, propietaria de la nuclear, descarta por completo que esta avería vaya a afectar a la continuidad de la central. El periodo de vida útil de Zorita, la más antigua y pequeña de España -abrió en 1968- durará hasta el año 2008.

Tres grietas

La grieta pasante de dos centímetros encontrada en uno de los tubos-guía del reactor de Zorita supone un defecto nuevo, ya que apareció no en la zona de la soldadura sino en el tubo-guía exterior, a unos 30 centímetros por encima de la tapa. A consecuencia de ello, se inició una primera inspección por ultrasonidos del resto de los alojamientos, descubriéndose dos nuevas grietas menores. Las barras de control son el mecanismo que permite mantener la temperatura de un reactor nuclear y a través de ellas se controla su potencia.De acuerdo con el plan de trabajo acordado por el CSN y la dirección de la central, se ha cortado un trozo del tubo-guía donde apareció la grieta pasante y se ha enviado a un laboratorio de Westinghouse, en Estados Unidos, para su análisis químico y metalográfico. El resultado del análisis tardará en conocerse unas dos semanas, según informó el director de la central, Juan Vicente Llinares. Aunque en principio se pensó hacer estas investigaciones en España, al final se ha optado por EE UU. Lo que se desconoce es por qué salen estas grietas y cómo progresa el fenómeno. Paralelamente, el CSN realiza otro tipo de investigación en la propia planta para "comprobar en qué estado quedan las zonas afectadas", prosigue Llinares.

El reactor de Zorita tiene 37 penetraciones para insertar las barras de control, de las cuales 17 son de reserva. El plan de trabajo contempla la inspección de todas las penetraciones. Por último, habrá que realizar estudios de seguridad.

Por otro lado, la dirección de Zorita tiene en marcha una inversión de unos 1.000 millones de pesetas para construir una nueva torre de refrigeración, que se piensa inaugurar en 1995. La central nuclear de Zorita necesita de esta torre para poder funcionar al cien por cien de potencia, dada la caída del caudal del Tajo en los últimos años.

Greenpeace pidió ayer el cierre definitivo de la nuclear, por "sus numerosos problemas técnicos y de seguridad". "Dada su escasa producción de electricidad (el 0,8% del total nacional), su desmantelamiento no plantearía ningún problema de suministro energético", dice la organización ecologista.

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