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La Comisión intenta hacer realidad la libre circulación de personas en la UE

Lluís Bassets

La Comisión Europea está estudiando la elaboración de una normativa destinada a eliminar los controles fronterizos dentro de la Unión Europea (UE) después del fracaso registrado por el Grupo de Schengen (los 12 socios, menos el Reino Unido, Irlanda y Dinamarca) en su intento por crear un espacio de libre circulación de las personas desde el pasado 1 de febrero. El comisario del Mercado Interior, Reniero Vanni d'Archirafi, pidió ayer en la reunión semanal de la Comisión una actitud más enérgica en la aplicación de la más importante de las cuatro libertades de circulación del Mercado Único (bienes, capitales y servicios, además de la inexistente para las personas).La actitud del comisario europeo cuenta con el respaldo de Alemania, el país que preside desde enero hasta junio el Grupo de Schengen. El Gobierno del canciller Helmut Kohl desea que el SIS (Sistema Informático Schengen) funcione a pleno rendimiento antes de los comicios europeos del 12 de junio, con el objetivo de que los electores cuenten con pruebas tangibles de las ventajas de la UE.

Los alemanes están especialmente interesados en la desaparición de los obstáculos físicos que separan a los países de la UE (barreras, garitas, etcétera), pero esta cuestión produce especiales recelos en buena parte de los servicios de Interior franceses y en su máximo responsable, el ministro neogaullista Charles Pasqua. Teóricamente ya no hay obstáculos jurídicos y políticos para la desaparición de las fronteras, pero la realidad es que los seis meses de presidencia francesa, hasta diciembre de 1993, no han servido para poner en marcha el SIS, elemento considerado imprescindible para el control de los inmigrantes ¡legales o de los coches robados.

El último aplazamiento de la entrada en vigor del Convenio de Schengen, atribuido por los responsables políticos a deficiencias del sistema informático, ha creado una auténtica crisis entre las empresas suministradoras del SIS y algunos Estados socios. La alemana Siemens ha descargado sus responsabilidades sobre la francesa Bull y sobre Sema Group, la empresa con sede en Estrasburgo encargada de la instalación central. Bull responsabiliza al Gobierno francés, cosa que también hacen la mayor parte de los Estados socios.

Profundo malestar

Algunos miembros de Schengen han llegado a sugerir la necesidad de hacer una nueva oferta pública para dar la concesión a otra empresa. Los fallos del SIS han creado también un profundo malestar entre las autoridades encargadas de los aeropuertos, que han realizado enormes inversiones destinadas a garantizar la eliminación de controles para los vuelos intraeuropeos, que no pueden utilizar.El Senado francés, por su parte, ha emitido un informe que va todavía mucho más lejos que las empresas informáticas o que los alemanes en sus previsiones pesimistas. Las primeras consideran que antes del 1 de enero de 1995 es casi imposible eliminar las fronteras, mientras que los segundos piensan que con algún esfuerzo se puede conseguir antes de junio. La Cámara alta francesa, en cambio, llega a especular con la posibilidad de montar un SIS totalmente nuevo, y cifra en tres o cuatro años el tiempo necesario para que sea plenamente operativo.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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