González media en la crisis de Aerolíneas y pide a Menem que Argentina aporte capital

La crisis de Aerolíneas Argentinas, en la que la compañía Iberia tiene el 30% del capital, ha estallado en la mesa de Felipe González. El presidente del Gobierno español, ante la oposición del Gobierno argentino a acudir a la ampliación de capital que propone Iberia en Aerolíneas, ha enviado una carta personal a Carlos Menem, presidente de la nación suramericana, en la que le pide que cambie de opinión. González, que en la carta sale al paso de los rumo res sobre la existencia de negociaciones para vender Aerolíneas a una compañía norteamericana, recuerda a Menem el esfuerzo hecho por Iberia cuando éste le pidió que participara en la privatización de Aerolíneas.

Iberia ha propuesto una ampliación de capital de 450 millones de dólares (unos 63.000 millones de pesetas), de los que el 43% corresponderían al Estado argentino por su participación. Otro 19% lo suscribirían las entidades españolas Banesto y, Central Hispano. La compañía española considera imprescindible esa cantidad para asegurar un futuro viable de Aerolíneas. Sin embargo, la Administración argentina se ha opuesto sistemáticamente, motivo por el que los responsables de Iberia decidieron lanzar un ultimátum en el que amenazan con dejar la gestión de la empresa y exigir el pago de los 600 millones de dólares que le debe Aerolíneas por diferentes préstamos. También han amenazado con instar suspensión de pagos.

Semana decisiva

El futuro de la presencia de Iberia en Aerolíneas, tras las largas negociaciones de los últimos tres meses, se dilucida esta semana en Buenos Aires. Allí acudirá una delegación encabezada por el ministro de Industria, Juan Manuel Eguiagaray, que será el encargado de transmitir la disposición del Gobierno español a Carlos Menem y que éste ya conoce por la carta enviada por González y que le fue entregada a primeros de diciembre."Me permito llamar tu atención sobre un tema que creo requiere una firme decisión de futuro", comienza la carta. Después de recordar las negociaciones para la privatización de Aerolíneas culminadas en octubre de 1992 y la evolución de la empresa, el presidente español subraya que "las necesidades financieras de una compañía de las características de Aerolíneas y la difícil y generalizada mala situación del sector exigen una decisión inmediata respecto al fortalecimiento financiero de la empresa para asegurar el futuro que todos deseamos".

La carta entra de lleno en un tema polémico que ha surgido por algunas sospechas de que representantes gubernamentales argentinos están negociando, entre bastidores, con otras compañías internacionales su entrada en Aerolíneas. "Quisiera también manifestarte", dice la misiva, "la importancia de despejar toda duda acerca de la posibilidad de que la Administración argentina apoye una solución en la que se sustituya a Iberia por otro operador internacional". "Una solución así sería dificil de entender después de todo el trabajo realizado", enfatiza el presidente dejando latente el esfuerzo realizado por Iberia. Fuentes conocedoras de las negociaciones mantenidas para la entrada de Iberia en Aerolíneas recordaron la "desesperada" petición del Gobiemo argentino para que España participase en el proceso de privatizaciones iniciado por el Gobierno argentino hace escasos años.

La carta se despide con la confianza de que "la respuesta sea positiva". "Tal respuesta", concluye, "no sólo significaría un fuerte respaldo al proyecto común consistente con la apuesta por el buen futuro del negocio de transporte aéreo que hasta ahora hemos compartido".